viernes, 14 de octubre de 2016

MEDITACIONES EN UN CASO DE PLAGIO.



Luego del HAKUGATE de ayer, me parece interesante el explicar un poquito la razón por la cual, cada vez que pasa algo como esto la mayoría de los artistas gráficos se empiezan a arrancar los pelos de las patillas por el cringe, pena ajena y un poco de descredito generalizado que nos cae a todos los ilustradores.

Advierto que yo no soy de esos, cuando llevas algunos años haciendo y conviviendo en estos ámbitos, te das cuenta de que todo fue inventado prácticamente en la Grecia clásica. Aun así, por alguna razón que no podemos explicar, todos los seres humanos tenemos una pulsión de interpretar, reinterpretar y seguir reinterpretando constantemente todas las cosas. El mismo Freud pensaba que nuestra vida adulta no es más que una reinterpretación de nuestra niñez.


¿QUE ES COPIAR PARA UN DIBUJANTE?

Dicho lo anterior, existe una deontología no escrita del dibujante, que expresa, palabras más, palabras menos que: si te descubren “copiando” has de ser amarrado en la picota, humillado, sobajado, deshonrado, se te arrancarán los cabellos uno a uno y con ellos se te confeccionará un ropaje áspero, para que lo uses durante la procesión de la vergüenza, hacia la montaña del descredito.

Una vez en la montaña del descredito, se te quitará la picota porque se necesita urgentemente para ponérsela al próximo dibujante que acabamos de descubrir copiando. Este es un ritual que se repite una vez cada seis meses, más o menos. A veces más, depende de que tan cerca estés del DF.

Sin embargo, oh querido y profano lector, el copiar para un artista no tiene el mismo significado que para el plebeyo no instruido en el refinado arte de morirse de hambre. Un dibujante, un escultor, un escritor, un animador, hasta un músico, etc. Tienen algo en común: reinterpretan la realidad, cada uno a su modo y cada uno con sus herramientas.

Tomemos como ejemplo a Andy Warhol. No estoy seguro pero hasta donde conozco, Andy Warhol solamente agarraba un pincel para firmar las serigrafías o gigantografías que alguien más hacía por él. Podríamos decir que Andy Warhol no solo copiaba, si no que tomaba trabajos que no eran de él, los reproducía chapuceramente y los vendía por cantidades exorbitantes. Aún así, Andy Warhol tenía algo original que era su discurso. Si ya saben, aquel de la producción en masa, la desvirtualización de la copia y demás tonterías que al ser tan vacías ya se me olvidaron.
  
¿ME ESTÁS DICIENDO QUE LOS ARTISTAS COPIAN?      

Luego, los que vinieron después de Andy Warhol e hicieron lo mismo que él, ellos sí que copiaron. ¿Lo ven? Para quienes nos dedicamos a esto, lo importante no es la forma si no el concepto y la reinterpretación del mismo. Dicho de otra manera, yo puedo tomar a la Mona Lisa y si la manipulo (no directamente, de lo contrario me condenarían a 5 mil años de cárcel), más bien manipulo su concepto, lo cambio y le aporto de una manera que la obra hable por sí misma. Entonces podría lograr que la obra se convierta en una obra derivada pero independiente (“derivada” es la clave) y que de todas maneras nadie me va a querer comprar.

Pero habré triunfado como creador de arte, aunque no así económicamente. El ejemplo máximo de esto es La Mona Lisa DE SALVADOR DALI. O en su defecto, cualquier meme de internet.

Existe otra manera de copiar y salir impune, y aunque podría tratar de explicarlo, no hay necesidad pues el autor Austin Kleon la explica mucho mejor que yo, en su libro “Steal Like an Artist”. Básicamente se trata de tomar una obra existente y trabajar sobre ella, aportarle, cambiarla, hasta el punto en que si te encontraras en medio de un juicio donde estas siendo acusado de robo, por el artista de la obra original, los peritos no pudieran encontrar ninguna prueba para condenarte.

Esto es un poco como la paradoja de Teseo, en donde tienes un barco y poco a poco le vas haciendo reparaciones, le vas cambiando piezas hasta que un día le has cambiado todas las piezas y todos los materiales, al punto de que no queda ni un solo fragmento del barco original.

En ese momento ¿Nuestro barco sigue siendo el mismo barco que teníamos al principio? Bueno, para un valuador inmobiliario seguramente no, y eso es lo único que necesitamos saber los creativos. Jo, jo, jo.
  
EXISTEN GENIOS PERO ELLOS NO ESTÁN AQUÍ.

Finalmente existe una clase especial de seres, personas como Isaac Asimov, que seguramente escribía libros hasta con los dedos de los pies, de lo contrario no me explico cómo pudo llegar a escribir tanto. O personas como Stephen King, que pueden escribir dormidos, alcoholizados, drogados y hasta atropellados. O gente como Bob Ross, que podía pintar un cuadro en media hora… Bueno si, este último fue un chiste, pero los dos primeros no.

El resto de nosotros, los creativos que no somos geniales, tenemos que seguir ciertas reglas, técnicas y hasta trucos para poder terminar ciertos trabajos en ciertos plazos de tiempo.
  
¿ENTONCES SE VALE O NO SE VALE CALCAR?

Lejos del asunto que sucedió ayer con la joven diseñadora Mariana Villanueva y con el cual todos (los que no somos ella) nos divertimos mucho. El calcar es un acto muy común en la vida del dibujante. Pero Mariana Villanueva calcó en donde no debería de haberlo hecho. En términos futbolísticos cometió un fuera de lugar.

No existe una manera sencilla de explicar esto, lo único que se me ocurre es el hacer una descripción de situaciones o casos en los que el sentido común de un dibujante nos indica que podemos calcar y otras situaciones en las que nuestro sentido común nos indica que no deberíamos o no tendríamos por qué calcar.

- A la hora de pasar un dibujo a tinta, es buena idea entintar sobre otro papel y usando una mesa de luz, para así no perder el original en lápiz.

- Si cometiste un error que arruinó toda una pieza, es una buena opción calcar el trabajo que ya llevabas realizado en una hoja nueva, para seguir dibujando.

- En una fotografía que tú mismo tomaste. Ahorra tiempo el trazar sobre una fotografía (tuya y solo tuya) los volúmenes más importantes para la composición de una perspectiva compleja o alguna pose humana muy específica o poco convencional. Esto se usa en trabajos muy puntuales y casos especiales.

Cuando uno desarrolla cierta técnica descubres que es más fácil resolver un dibujo con 5 minutos de trazos que el ir a tomar una fotografía y luego ponerla en una mesa de luz y ponerle el papel encima y finalmente terminas trazando tus propios volúmenes que no corresponden con la foto de referencia. En general las fotos solo se usan de referencia, es muy aburrido calcar directamente una foto.

- Para hacer cambios mínimos en el desarrollo de un proyecto. En este punto siempre recurro al ejemplo de la serie MadMen. En uno de los primeros capítulos, la esposa de Don Draper se enoja con su hijo, porque lo descubrió calcando. Don Draper, que en ese momento se encuentra en el dilema moral de que él mismo está usurpando una identidad, (¡SPOILER!) dice que no es importante, en su trabajo los ilustradores usan papel de calca a diario.

Es verdad, sobre todo en los ambientes de publicidad (y no me quiero imaginar en las épocas análogas) hay tantos cambios  en periodos tan cortos de tiempo que, el pretender avanzar en un proyecto sin fotocopias, calcas, uso de patrones e incluso arte predefinido, haría que tal o cual proyecto se estirara demasiado en el calendario.

- A veces puedes calcar tus propios dibujos, a veces no. Esto lo aprendí en las pocas veces que entré a clases en la facultad de arquitectura. Un día un maestro nos hablaba sobre el plagio en la arquitectura. En un punto nos advertía que un cliente podría acusarnos legalmente por plagio, si le vendíamos un proyecto que ya hubiéramos vendido a otro cliente, o bien que tuviera elementos importantes, que ya le hubiéramos vendido o construido a otro cliente.

Uno se preguntaba, pero si es algo original mío, entonces no es plagio. Yo puedo hacer lo que quiera, con algo que yo haya hecho ¿No?

Pues no. El caso aquí, es que el cliente te está pagando por que le realices un trabajo. Y si tú le presentas un trabajo por el cual ya te pago alguien más, entonces estas cometiéndole fraude a tu nuevo cliente. Lo mismo podría decirse de la ilustración. Así que, en mi opinión, uno ni siquiera puede plagiarse a sí mismo. Aunque ese asunto es complejo.

Cada disciplina artística tiene sus propias “normas internas” sobre el plagio y eso es algo que sólo se puede aprender luego de varios años de dedicarte a eso. Incluso, durante tu desarrollo caerás en plagios sin siquiera darte cuenta. Yo he caído en plagios y podría apostar a que todos los artistas del mundo cayeron en plagios accidentales o por inconsciencia durante los primeros tres a cinco años de su desarrollo.
  
Y ESO A MI QUE ME IMPORTA, YO VINE A LEER SOBRE HAKUNITA.

Luego de haber dicho todo lo anterior, mi opinión al respecto es que Mariana Villanueva (Hakunita) era muy joven como ilustradora. A pesar de que ya tiene 25 años de edad, creo entender que apenas llevaba dedicándose a esto desde el 2012. O sea, tenía 4 años de haber empezado a desarrollarse como ilustradora.

La mayoría de los ilustradores cercanos a mí son personas que, como yo mismo, empezamos a formarnos (en serio y de manera académica) desde los 15 años, si no es que antes.

Lo que le sucedió a Haku, fue el desarrollo de un artista que se da, tarde y mal.

Irónicamente Haku no solamente mostraba de manera sugerente las selfies de su propio cuerpo, sino que también nos mostró accidentalmente los entretelones de una artista en formación. El error de haber copiado o calcado algo y pretender convencer a los demás que es algo original de nosotros, es un error que todos cometimos en la primaria e incluso en la secundaria, con nuestros amigos.

Ella lo cometió (lo siguió cometiendo más bien) en público y para una importante empresa trasnacional.

En el párrafo anterior utilicé la palabra –sugerente- a propósito. Pues de la misma manera que Haku (me refiero a ella ahora por su nickname, para separar en este aspecto su personaje de internet) sabía mostrarnos sugerentemente sus selfies, también sabía mostrarnos sugerentemente su arte. Un arte barroco, a veces saturado, con un poco de miedo al vacío. Porque precisamente a eso le temía ella como artista novicia, a que la consideraran vacía.

Haku pretendía aparentar no ser vacía (muchos podía (mos) pensar eso por sus selfies y sus entrevistas) y lo hacía, precisamente saturando sus ilustraciones.

¿Porque me atrevo a afirmar lo anterior? Porque todos los aspirantes a artista hemos pasado por esa etapa al inicio de nuestro desarrollo. Una etapa en donde pretendemos que nuestra obra sea más de lo que realmente es. En donde tenemos miedo de parecer un simple pretencioso, e intentamos arreglarlo siendo pretenciosos.

Esa etapa en donde le tenemos miedo al vacío de la hoja y a parecer nosotros mismos vacíos, todos la hemos pasado. Mariana apenas estaba atravesando por ella. Así terminamos haciendo dibujos que parecen tatuajes interminables o murales de grafiteros, porque no hay ningún espacio para descansar la vista.

Y finalmente la etapa donde, al preguntarnos sobre nuestro arte, intentamos justificarlo armando discursos que parezcan profundos, con palabras poco profundas. Yo el primero de todos.

Y es precisamente en estos puntos, donde te das cuenta que estás en frente de un artista en sus inicios. Y eso no es malo, ser un niño de primaria no es malo. Pero sacar a un niño de la primaria, antes de que la termine, si lo es.
  
ELLA TUVO LA CULPA POR VESTIRSE COMO MANGA.

De la misma manera en que una mujer joven, al subir cualquier imagen apenas sugerente a internet, ya es tomada como una seductora (por parte de personas inexpertas en el tema de la sexualidad), en los últimos años Hakunita (sigo refiriéndome a ella con su nickname) nos ha dado una demostración de que: enseñar sugerentemente dibujos de una artista en formación, pueden llegar a causar que un inexperto en la materia la considere una artista con un nivel comercial.

Haku no era ninguna de las dos cosas, ni era una seductora que explotaba su cuerpo, como muchos creen. He visto a mujeres más sugerentes en la vía pública o hasta en una biblioteca, y si han leído mis libros sabrán que es verdad. Y tampoco era una artista en condiciones de crear un arte conceptual. Ya que, como ahora todos podemos ver, apenas está lidiando con las formas básicas de lo que será (algún día) su estilo grafico de expresión.

Aún así, se la llegó a considerar ambas cosas, por parte de cierto tipo de personas. Personas que a mi parecer, les faltó y les sigue faltando capacidad de análisis. A los adolescentes que no tienen la capacidad de analizar (por ser jóvenes) el hecho de que no tienes que volverte fan de una mujer atractiva, tan solo por el hecho de serlo. Confesémoslo, eso es algo que todos aprendemos hasta que llegamos a la adultez.

Por su parte los empresarios o mejor dicho, sus headhunters no supieron analizar el arte de Hakunita y se dejaron llevar por el “efecto halo”, el cual por cierto deberían conocer, pues es algo que se estudia en cualquier carrera relacionada con el marketing.

BLA, BLA, BLA.

Todo lo anterior no es una justificación, es solamente una descripción de lo que pude observar que sucedió desde donde me encuentro. Finalmente Mariana Villanueva (por culpa de ella y sólo de ella) se metió en un problema grande, quizás en el problema más grande en el cual te puedes meter dentro del oficio de ilustrador. Y su caso en específico ha tenido repercusiones internacionales en cuestión de dos días.

Afortunadamente y por lo poco que se ha podido ver desde afuera, cuenta con el apoyo de personas de altos vuelos dentro de la escena grafica del país. Por un lado Edgar Clement que fué su mentor, hasta donde conozco. Y Luis Gantus, que por lo menos ya ha expresado en sus redes sociales que Mariana Villanueva puede contar con su apoyo. Seguramente ese apoyo ira más allá de las palabras en redes sociales, así que buena suerte para ella.

Este asunto seguramente se arreglará como suele ser, en privado y con dinero. Además de que no nos deberá sorprender si próximamente vemos productos de Microsoft México con arte del afectado original. Cuyo nombre no recuerdo y no voy a googlear, pues me parece curioso también el hecho de que su nombre no haya trascendido mucho.

¿Y ENTONCES QUE?

Y mientras Mariana Villanueva se recupera, ella, su autoestima, su imagen y lo que queda de su prestigio. Puedo sugerirle el volverse vlogger, standupera o las dos cosas. Estos dos gremios llevan siendo refugio de desempleados desde hace casi diez años. Si lo sabré yo.

Podría aprovechar el tirón de popularidad de #LadyPlagio, seguramente algo podrá rasguñar de las redes sociales. Podría ser nuestra Lindsay Lohan del gremio monero.

(Iba a poner nuestra Rob Liefeld mexicana, pero nadie habría entendido el chiste).

Voy a cerrar este muro de Berlín de texto, con algo que le respondí a un comentario en uno de los memes que subí ayer. Un seguidor me decía que se alegraba de no haber comprado una de sus camisetas, a la luz de lo que ahora estaba sucediendo.

Yo pienso que el hecho de haber cometido el error más terrible de tu vida, (hasta el momento) no significa que ya no valgas como persona o como artista. A lo mejor ahora, a ojos de los demás, vales menos. Quizás ahora vales diferente. Pero siempre algo queda, siempre queda algo con lo cual seguir trabajando.

Y ese es un punto por el cual también hemos tenido que pasar todos los artistas. El tener que reinterpretar, ahora no lo que vemos a nuestro alrededor, si no reinterpretarnos a nosotros mismos. Quizás ahora Haku pasará por esa etapa. Luego alguien le quitará la picota y la regresará, para ver quién de nosotros es el siguiente.