-Apaga la Televisión, la radio (o el dispositivo que uses para reproducir música, actualmente creo que ya nadie escucha la radio), quita de tu camino libros, revistas, y en general cualquier otra cosa que pueda servir de entretenimiento o distracción, y siéntate en un cuarto sin hacer absolutamente nada.
¿Cuánto puedes estar adentro de este cuarto sin volverte completamente loco? ¿Qué pasa entonces mientras estás solo y sin hacer nada? ¿Acaso comienzas a ver personas en tu cabeza que comienzan a hacer cosas? ¿Comienzas a imaginar historias?
-Éstas en la calle, o en algún café, o algún otro tipo de establecimiento público y de pronto escuchas o se te viene a la cabeza una buena idea para una historia. Obviamente tienes que escribirla rápidamente antes de que se vaya. Pero no hay ningún problema porque siempre cargas contigo una libreta pequeña, y una pluma especialmente preparadas para estos casos.
-Una buena noche para ti significa una noche en la que puedes pasar varias horas sentado en tu escritorio, con tus manos en el teclado, y tú vista en el monitor con el procesador de texto abierto. O mejor aún, un buen fin de semana lo visualizas de la misma forma.
-Consideras que el mayor beneficio de escribir un cuento, o una novela es el proceso de haberla escrito, incluso por encima del hecho de ver tu trabajo publicado algún día.
-Tienes conflictos con tus roomies, o familiares, por la enorme cantidad de libros que has metido en tu casa. Y en caso de vivir solo es común que tengas que hacerte un espacio entre tus libros para poder vivir.
Si de casualidad te has sentido identificado con alguna (o con todas) de las situaciones que acabo de describir, es un hecho que tienes madera de escritor.
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