martes, 29 de septiembre de 2015

LOS ACTORES SON SUMAMENTE OBSERVADORES.

Cuando uno tiene experiencia como actor, a veces se logran ver cosas que no son tan evidentes en lugares donde uno no esperaría encontrar grandes despliegues de interpretación, como por ejemplo en una sitcom.

Para que entiendan lo que quiero decir voy a tener que echarme un rollote, pero bueno, quizás al final encuentren que valió la pena haber leído todo esto.

Uno de los primeros ejercicios que se hacen en los talleres de teatro es el dividir una acción común y corriente en todos los pasos y movimientos necesarios para llevarla a cabo.

Por ejemplo tenemos la acción de abrir una puerta. Esta acción se puede dividir en ir hacia la puerta, meter la mano a la bolsa, sacar la llave, ponerla en la puerta, girarla y empujar la puerta para entrar.

Cada uno de estos puntos se podrían subdividir en más puntos. Por ejemplo la acción de meter la mano en la bolsa se puede dividir en tocar la llave dentro de la bolsa, identificarla de entre las demás cosas que podamos tener dentro de la bolsa, sujetar la llave con nuestros dedos, etc.

Sabes que, como estudiante de arte dramático, estás haciendo bien este tipo de ejercicios, cuando te descubres a ti mismo identificando y dividiendo las acciones cotidianas que realizas en tu día a día, en acciones más pequeñas. Por ejemplo cuando vas a la tienda de la esquina te reconoces a ti mismo analizando la manera en que caminas, la manera en la que tienes que dar los pasos para llegar a tu destino, si tuviste que esquivar obstáculos, subir de la acera, bajar de la acera, agacharte para pasar debajo de un árbol, etc.

Estos ejercicios desarrollan la capacidad de observación y de análisis de gestos que el actor posteriormente deberá emplear a la hora de estudiar sus guiones.

Simplificando mucho la teoría básicamente se trata de que los seres humanos, al momento de actuar en nuestra vida real actuamos en base a impulsos inconscientes, objetivos personales que la mayor parte de las veces ocultamos o que incluso se ocultan de nosotros mismos. Esto en teoría de sistemas se llamaría teoría de la caja negra. Es decir un objeto que solo puedes analizar en base a su interacción con el exterior, pues no puedes ver su mecanismo interno.

La tarea del actor es el lograr hacer un mapa interno de cómo se imagina este mecanismo psicológico, cuando el actor tiene que proponer la historia y las motivaciones de su personaje. O bien el cómo logra percibir este mismo mecanismo, que son las ocasiones en las que esta información le es dada por el director.

Una de las herramientas que el actor puede usar para este análisis, es precisamente esta división de movimientos o de gestos. Esto es más común en las obras de teatro, en donde cada actor tiene que dividir todas las líneas que dice en toda la obra de teatro, por enunciados. En ocasiones algunos enunciados necesitan incluso dividirse en más partes.

Luego, de la mano del director y durante largas sesiones individuales, los actores con más peso en escena trabajan línea por línea con el director, hasta encontrar la entonación, intención y trabajo interno necesario para cada línea.

Luego de esto viene la fase de memoria, en donde el actor tiene que memorizar sus líneas, sus intenciones y sus trazos (sus movimientos sobre el escenario).

Todo esto dividido en partes, hasta que unas semanas antes del estreno se logran unir todas esas partes. A esto se le llama correr la obra completa, y cuando por fin se logra es como haber logrado cruzar una cuerda floja amarrada entre dos edificios. Por lo menos el alivio y la felicidad que se sienten son muy parecidos.

Pero más que toda la teoría que les acabo de explicar, lo más divertido es ver este tipo de técnicas puestas en acción. Para lo cual pongo este clip de una de las series a las que estoy enganchado en este momento.

En esta escena de 2 Broke Girls, Max y Caroline van a pagar sus compras, Max le dice que use los cupones para ahorrar dinero a lo cual Caroline se niega en un principio, pero al enterarse de la manera en la que funcionan los cupones Caroline se vuelve fan de los cupones.


Esta es una escena en donde se nota que la actriz que interpreta a Caroline (Beth Behrs) tuvo que trabajarla línea por línea, hasta darle la entonación, correcta y además graciosa. En tan solo minuto y medio, además de ser la que lleva el ritmo de la escena, cambia de intención unas 8 veces aproximadamente. Cada una de estas intenciones maneja dentro de sí diferentes matices, los cuales cambian incluso dentro de una misma línea.

La mayoría de las veces, detrás de las grandes escenas de una película o una serie, que se vuelven emblemáticas y que son capaces de marcar a una generación, se esconden este tipo de recursos y esta clase de trabajo previo por parte de los actores.

Aquí otro ejemplo práctico más impresionante. En esta escena el actor David Hyde Pierce hace un acto de pantomima, para lo cual cada uno de los movimientos debió de haber sido separado y analizado independientemente.


Para poder ejecutar cada uno de estos movimientos, con la credibilidad y la gracia que se ve en pantalla, el actor debe encontrar una motivación para cada uno de ellos.

Es decir, cada vez que Niles levanta el reloj para ver la hora (por ejemplo), el actor le pone una motivación al movimiento, de lo contrario se vería falso en pantalla. Lo mismo para cada una de las acciones, durante los 5 minutos que dura esta escena.

Puede parecer complicado al principio, pero con la práctica llega un momento en que los actores internalizan todo este proceso y lo hacen como quien monta una bicicleta.

Uno de los máximos exponentes de esto es obviamente Rowan Atkinson interpretando a Mr. Bean.

Aunque ahora que acabo de escribir todo esto me siento un poco como el mago enmascarado, por estar revelando como se hacen estos trucos de actuación. Supongo que soy un mago frustrado, igual que el enmascarado ese.

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