Este es un sueño que tuve hace poco, pero está relacionado
con mi época de estudiante, la cual terminó hace casi 10 años.
Empezaba con una conversación que yo sostenía con quien en
aquella época fue el director de la facultad en la que estudié. Al terminar esa
conversación yo le daba mis libros viejos, en realidad son libros que ya no
poseo actualmente, hace mucho que me deshice de ellos. Eran los libros que yo
usaba en aquella época. Creo que mi director no los aceptaba, aunque esa parte
no la recuerdo bien.
Por alguna razón, que tampoco me quedó claro durante el
sueño, me encontraba en mi antigua facultad. Iba saliendo por la entrada
principal y no podía llevarme todos mis libros, así que decidía regalarlos ahí
mismo. Ahí me daba cuenta de que mis libros eran viejos y no tenían ningún
valor.
Lo siguiente que recuerdo es que ya me encontraba camino a
mi casa. Apenas iba cruzando el estacionamiento de la facultad y me siento en
una banca para ponerme mis tenis, hasta ese momento me di cuenta de que no los
traía puestos. Estaba en eso, cuando unos tipos se acercan a mi (eran policías)
y me dicen que no debemos movernos porque estamos a punto de comenzar un viaje.
De pronto las bancas en donde estamos salen volando, con
nosotros encima de ellas, y me doy cuenta de que en realidad estamos dentro de
una especie de juego mecánico gigantesco.
Se trata de una mezcla entre rueda de la fortuna y montaña
rusa. Es tan grande que no logro visualizarlo por completo, solamente veo las
partes más cercanas a mí.
A lo lejos se pueden ver a otras personas en unos
receptáculos, donde también están volando. Logro escabullirme, pues la verdad
estoy mareado y siento que en cualquier momento puede descarrilarse el juego.
En realidad me parece que es una estructura gigantesca y muy sólida, así que no
sé porque tengo esa sensación de inseguridad.
Veo a otras personas que al igual que yo logran salir y a
duras penas consiguen sostenerse de la estructura externa que sostiene los
cubículos, en donde se mueve a la gente.
Uno de mis libros viejos, que aun llevo cargando, se
convierte en un documental de Disney. No entiendo muy bien como sucede esto,
pero a través del libro empiezo a ver un documental de Disney, animado al
estilo Disney. Es un documental muy interesante, trata sobre la inexistencia de
Dios.
Tan solo alcanzo a ver muy poco del documental, porque
rápidamente mi atención de va hacia unas bolas gigantescas que están chocando
sin control en medio de todo el mecanismo. Dos bolas gigantescas y metálicas
que chocan una con otra, rebotan y siguen chocando sin ningún tipo de control
ni de patrón. El peligro que presentía es que en cualquier momento esas bolas
gigantescas pueden chocar con cualquiera de los que nos encontramos a bordo de
este juego mecánico gigantesco.
Cuando veo esto me
hago consciente de la alegoría: Las bolas gigantescas chocando en el aire son
en realidad el caos de vida y muerte. El peligro de muerte que nos llega por
azar.
Pero por alguna razón intuyo maldad detrás de este juego de
azar. ¿Es el azar algo maligno, o es lo maligno algo azaroso?
En mi intento por salir del juego regreso a mi facultad, me
veo con algunos excompañeros pero estoy en una situación diferente. Tengo
angustia, en cualquier momento van a atacarnos y sé que debo protegerlos pero
sin alarmarlos.
Comienzo a hablar con varios de ellos que ya conozco, pero
siempre estoy alerta del exterior del edificio. Sé que el peligro acecha y en
cualquier momento algo puede entrar y atacarnos, nos encontramos en este
momento adentro de un salón de clases.
Efectivamente algo abrupto sucede: Alguien entra
repentinamente por la puerta, una de mis amigas dispara y se produce una
explosión. No se trataba de algo maligno, como yo esperaba. Quien entró era una
señora inocente, la mujer ni siquiera se dio cuenta de lo que sucedió. La amiga
que hizo el disparo huye por miedo de haber matado a una inocente.
Dentro del sueño y de manera muy vertiginosa me encuentro
ayudando a mi amiga a escapar. La manera más inmediata que encontramos para
esto es usando la estructura que acabo de encontrar afuera de la facultad. De
alguna manera ella logra subir a una de las gigantescas bolas metálicas, que
siguen moviéndose a una velocidad de vértigo.
Veo como se aleja en una de esas “bolas de azar”, esperando
que esto la lleve a algún lugar lejano. Sé de antemano que ahora la acabo de
hacer entrar en un juego donde morirá, pero esa es la única opción, dentro de
sus circunstancias.
Luego de haber realizado esto, me encuentro en lo que
identifico como las orillas de este juego de muerte. Me hago consciente de las
instalaciones gigantescas, como si se hubiera apartado una bruma y me dejara
ver esta estructura que siempre había estado ahí y dentro de la cual todos
estábamos viajando.
Estas instalaciones, al borde del juego, las visualizo como
las estaciones del metro pero en un entorno desértico. En estas instalaciones,
que se encargan de que todo el mecanismo funcione, trabajan algunos que solo
podría describir como demonios, quizás entes.
Estos son los encargados de que todas las personas que están
viajando dentro del juego mecánico no se salgan y no se den cuenta de la
realidad de afuera. De que todo en realidad es un juego de muerte.
Gracias a la posición en la que me encuentro en ese momento
logro visualizar todo desde afuera.
Existe un nivel superior dentro del a infraestructura, ahí
hay criaturas que parecen ser los lideres naturales, ellos están en una
posición superior. En el nivel intermedio están las personas, creen que van a
subirse a un juego normal, sin saber que en cualquier momento van a morir y de
alguna manera esto sirve o le causa placer a los que se encuentran vigilando
todo.
En el nivel inferior hay otros entes demoniacos, que se
encargan de cuidar, pero su apariencia y
ocupación parecen ser menores. De hecho los demonios del nivel superior parecen
estarse burlando constantemente de los demonios de niveles inferiores.
Me doy cuenta de que, en cierta forma, lo que hacíamos en la
escuela era muy parecido a lo que tenemos que hacer en esta máquina de muerte,
para poder sobrevivir o por lo menos intentarlo. Siento que estoy fuera de la
máquina dentro de la cual se encuentra el resto de la humanidad. Pero al mismo
tiempo no puedo evitar que la maquina siga funcionando y matando a más gente.
Como dije, en este momento me encuentro en el exterior de la
máquina, pero luego de ver esto me dirijo hacia los extremos de la máquina.
Siempre desde el exterior, cuidando de no caer accidentalmente otra vez
adentro.
En los extremos del mecanismo el ambiente parece ser menos
ajetreado. Observo a uno de los demonios y me siento como si estuviera hablando
con el director de mi escuela. ¿Que trata de decirme mi inconsciente? ¿Que mis
maestros eran esos demonios dentro de la maquinaria? o bien que cualquiera en
el mundo puede serlo o peor aún, que todos son demonios de la máquina, excepto
yo…
¿…incluido yo?
Termino de ver todo el panorama del exterior de la máquina.
Me doy cuenta de que, dentro de cada estructura hay otras estructuras y todo
esto forma parte de un mecanismo mucho más grande: No me alcanzaría toda mi
vida para estudiar todo eso.
Además, seguramente yo que me encuentro afuera de esta
estructura, en realidad tan solo estoy adentro de otra estructura todavía más
grande.
En realidad la existencia completa no es más que un juego de
azar, vigilado por demonios, los cuales tampoco pueden decidir nada en el gran
esquema de las cosas.
Detrás de todo este conjunto se adivina una presencia
maligna, el creador de todo esto es maligno, la presencia de esas bolas
gigantescas que destruyen todo a su paso es la prueba definitiva de esto. El
gran arquitecto siente placer con nuestro dolor y el de sus propios demonios. Y
en el momento en que me doy cuenta de todo esto, despierto.