domingo, 24 de noviembre de 2013

EL MUNDO ES UNA MOTA DE POLVO.

Mientras escribo este artículo, como ruido de fondo, tengo la transmisión por internet de un discurso que están dando algunos altos mandos de la casa blanca, el cuartel general del "gobierno mundial", al menos hasta el día de hoy, acerca del conflicto que esta de moda en estos momentos. Las armas químicas en Siria.

Que lejos me parecen ahora esas noticias sobre el conflicto de Corea del Norte y Corea del Sur, que a pesar de haber pasado de moda sigue desarrollándose, y en teoría sigue sin resolverse, tal como ha estado desde los años 50s del siglo pasado. Que lejos me parecen también, las figuras de Aarón Swartz, o Edward Snowden, que hasta donde supe sigue en Rusia, pero a nadie le importa ya. Y mucho mas lejana me parece la figura de Julián Asange, cuyo proyecto amenazaba a toda la hegemonía del planeta, pero que rápidamente fue olvidado con la entrada del año nuevo 2011, como si de la canción del Gangnam Style se tratase.

Mi idea (¿vaticinio?) es que, los países del mundo están destinados a moverse, quizás a destruirse, o a reagruparse en nuevas entidades, simplemente por el hecho de que el ser humano cambia con el tiempo. La sucesión de generaciones, los cambios medio ambientales, o simplemente el aburrimiento, hacen del ser humano un animal con ansias de cambio a través del tiempo. Yo mismo no soy la misma persona que comenzó a escribir estas líneas hace un par de minutos.

A pesar de que en apariencia, quien me hubiera visto sentado en mi mesa frente a la computadora, no haya percibido ningún cambio en mi. Por dentro se han dado una multitud de procesos químicos y físicos, con cada uno de los sorbos que le he dado a mi taza de te negro, que harían quedar ridícula a cualquier nave de producción industrial de la ciudad.

 La suma de todas las variables azarosas, que existen en este mundo, da como resultado la dirección de la humanidad. Por lo tanto la dirección de la humanidad siempre es caótica y azarosa, al igual que lo es la evolución, el clima, la bolsa de valores, o mi estado de ánimo.

Nótese que he utilizado la expresión “humanidad”, en ves de llamarle “el mundo”, pues es evidente que el mundo es mucho mas que solamente los 6 mil millones de seres humanos que habitan en él y su arbitraria división territorial. Para mi es muy importante recordar periódicamente que el mundo es mucho mas que los seres humanos, y nuestros problemas, reales o inventados. No se exactamente porque, pero me da una sensación de tranquilidad recordar esto de vez en cuando… sobre todo cuando llega el momento de enfrentar los problemas.

Es por eso que deberíamos acostumbrarnos, si no es que lo estamos ya, al desarrollo caótico y azaroso del mundo, y de nuestras vidas. El mundo es caos, nosotros mismos somos caos, y por lo tanto nuestras vidas serán caóticas. Aunque como individuos nuestro cerebro ha evolucionado para buscar el orden, aparente en medio de todo el caos de la realidad. Estamos condenados evolutivamente a buscar algo, de lo cual tenemos poderosos indicios que no existe. Como si del santo grial se tratase.

¿Los países del mundo están destinados a morir entonces? Mi opinión, y deseo, que es la opinión y deseo de muchos mas, (lo sé) es que si. Pero al mismo tiempo me temo, y me parece lo mas lógico, que al momento de llegar a alguna especie de agrupación planetaria, se deberá de dar una nueva fractura y segmentación de la humanidad, ya sea en el mismo planeta, o bien hacia la colonización de otros planetas o estructuras del universo. Como dije al principio, el ser humano debe cambiar, quiere cambiar, o bien cambia sin siquiera darse cuenta. Y en un mundo en donde el desarrollo, la paz, y la felicidad eterna se hubieran conseguido, algo tendría que inventarse el individuo para seguir dándole sentido a su vida.

Si en el mundo no existiesen tiranos, habría que inventarlos (esto le daría quehacer a los tiranos y a los anti-tiranos), si en el mundo no existiese desigualdad, habría que luchar por conseguirla, si en la vida no existiese la muerte, me temo que alguien habría de inventarla. Y lo que es peor, seguramente se volvería rico por la enorme cantidad de clientes, hastiados de haber vivido por siempre.

Y esto me trae directamente al concepto del “nuevo comienzo”. En un mundo donde todos lo tuviéramos todo, de pronto nos despertaríamos con la novedad de que, realmente no poseemos nada. Tener algo, por descontado y en sentido coloquial, hace referencia a que poseemos algo que no tienen los demás. Por ejemplo alguien que “no posee nada en el mundo” suele ser una persona que no tiene un lugar donde vivir. Quizás tenga un par de prendas de vestir, unos viejos zapatos y unos cartones para cubrirse del frío. Pero aun así, decimos que no posee nada, porque es necesario tener una casa, o por lo menos la posibilidad de rentarla, para que pueda llegar a “la línea de salida” (el mínimo aceptable) de la sociedad.

Actualmente el tener una vivienda, servicios mínimos y aunque sea un poco de comida, se ha convertido en nuestra “línea de salida”. Siendo que, quizás hace 200 o 300 años, esto habría sido la máxima aspiración en la vida de la mayoría de las personas. Lo que para nuestros antepasados fue “la meta”, para nosotros solo es “la línea de salida”. Es por eso que, lo que en la actualidad se considera una utopía, para nuestros descendientes será una realidad intolerable. Y todo comenzará de nuevo.

Creo que de eso se trata la vida entonces. ¿No lo creen? Hemos de empezar una y otra vez, en un bucle largo, donde los eventos se repiten, o por lo menos son muy parecidos. En un momento algunos héroes pelearan por algo, y dentro de unos siglos mas, otras personas pelearan por abolir eso mismo. Luego otras personas posteriormente se cansarán de la situación, y de nuevo alguien tratara de reinstaurarlo… hasta que algún día todo termine. Por que habrá de terminar.

 Me refiero, por supuesto, a algún evento cataclísmico, al agotamiento de los recursos del planeta, o la muerte termodinámica de nuestro sol. Y en caso de que hayamos logrado salir de la matriz de nuestro sistema solar a conquistar otras partes del universo, aun tenemos a la muerte termodinámica del universo mismo. Quizás un Big Crunch, o un Big Rip. Creo que aún están averiguando, como es que sucederá, realmente.

Luego de este ejercicio de prospectiva, tan perturbador que acabo de hacer, nos damos cuenta de que, el poco orden que logremos conseguir a lo largo de nuestras vidas, no deja de ser un orden efímero, descartable y perecedero, comparándolo con lo vasto del universo caótico dentro del cual vivimos. Aunque el planeta entero se lograse convertir en una esfera perfecta, impoluta, completamente estéril, al universo le tomaría medio segundo para convertirla en 6 600 trillones de toneladas de cenizas.

Dentro de estas cenizas se irían, y se perderían para siempre, toda la historia del ser humano, todas las vidas de todas las personas que alguna vez pisaron este planeta. Las grandes obras de la literatura, las grandes gestas de los héroes más trascendentales de nuestra civilización. Todas las películas de hollywood y fuera de él. Todas las grandes ideas de los filósofos, matemáticos, químicos, biólogos. Todas las aventuras que se han vivido, las terribles guerras, los logros intelectuales y deportivos, el arte, la música, la pintura, la poesía.

Todo lo que fuimos, y lo que podríamos llegar a ser, al universo solo le tomaría medio segundo en convertirlo en nada. Y lo peor de todo es que esto sucedería sin ningún tipo de intención, sin ningún tipo de voluntad suprema de desaparecernos o de mantenernos vivos. Esto sucedería sin objetivo alguno, por simple azar, por simple movimiento estelar. Tal como sucede dentro de mi organismo a la hora de metabolizar algo. Nos iríamos en lo que tarda un parpadeo, y sin música épica de fondo, ni multitomas con cámara phantom, para realzar el dramatismo.

Como colofón de estos pensamientos, aunque quizás inconscientemente sea en realidad el gatillo que los disparó, pongo estas imágenes del más reciente meteorito que cayó a tierra, al menos el mas reciente que se ha logrado video grabar. Es muy parecido al que golpeara en suelo ruso a principios de este mismo año. Aunque al parecer sus efectos fueron mucho menos destructivos e impresionantes. 


Cosas como estas no son mas que arenillas (arenillas con el potencial de destruir una ciudad entera) que nos llegan, como si fuera brisa, desde el espacio profundo. Y que nos recuerdan que no somos más que una mota de polvo en medio de una tormenta de arena.

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