Una cosa curiosa de mi es que en ocasiones tengo experiencias (periodos de tiempo en mi vida) en las que mi estado de ánimo se ha visto modificado. Ocasiones en las que mi cerebro se ha sentido más despierto y con más presencia de ánimo que de costumbre, son periodos de mi vida en los que me encuentro más despierto y más alegre.
Uno de los que más recuerdo sucedió a principios del 2010, me parece que fue en una ocasión en la que estuve sin dormir durante todo un día y una noche, después de esto salí a caminar a la mañana siguiente y me encontraba en un estado mental diferente al que suelo estar comúnmente. Al momento de ver todo lo que me rodeaba era como si lo viera todo por primera vez, todo me entusiasmaba y todo me parecía una novedad, recuerdo que por mi mente pasaban pensamientos rarísimos. En determinado momento me senté en una parada de camión, para seguir contemplando la realidad con mis nuevos ojos, y en ese lugar me abordo una mujer, que se encontraba evangelizando casa por casa a esa hora de la mañana.
No recuerdo ningún detalle de la conversación que tuvimos en ese momento, pero como evidencia de lo alterado que se encontraba mi cerebro base decir que, me mantuve en ese lugar junto a esa tipa con una biblia en la mano durante un largo rao, siendo que en otras ocasiones casi hubiera preferido escupirle en la cara, antes de tener que escucharle siquiera su saludo de buenos días.
Tampoco tengo idea de cual haya sido mi comportamiento, ni la imagen que esa mujer se haya llevado de mí. Lo que si puedo decir es que fue ella quien tomo la iniciativa de retirarse del lugar, cosa que suele darse del modo contrario. En ese entonces mi “iluminación” duro muy poco tiempo, unos dos o tres días a lo mucho. En psiquiatría a esto se le conoce como episodio hipomaniaco, y es una de las sensaciones más estimulantes que he tenido (y de vez en cuando sigo teniendo) en mi vida.
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