jueves, 29 de agosto de 2013

LA RADIO COMO SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO.

El día de ayer un colega comenzó a transmitir un programa de radio en solitario, por Internet. Yo sabia de antemano que, al ser el primer programa de radio que hacía en la vida, iba a ser necesariamente el peor de todos sus programas, pero nunca me imagine que sería tan malo. Por momentos el ritmo de este pobre amigo era tan lento que uno pensaba que estaba escuchando la estación “Radio Reloj” de La Habana Cuba.

En fin, los ingenieros tienen en su argot una vieja máxima que dice: “Lo primero es hacer que algo funcione, luego ya habrá tiempo de preocuparse por que se vea bonito”. Quien sabe a lo mejor con el tiempo este compañero logra poner su programa lo suficientemente bonito como para poder recomendarlo. Por lo pronto me imagino que si este colega grabó su primer programa habrá borrado el archivo inmediatamente después de terminar.

Por cierto creo que nunca he platicado en este blog sobre la estación de radio cubana “Radio Reloj”. Es algo muy curioso, se trata de una estación de radio que transmite todo el día, durante 24 horas interrumpidas, durante los 365 días de año, y cuando se acaban los días del año, vuelve a empezar.

En dicha emisora solo se escuchan locutores narrando las noticias del día, y cuando se acaban las noticias, vuelven a empezar. Durante todo el día se puede escuchar la voz monótona de los locutores, interrumpiendo la narración cada minuto para anunciar la hora exacta en ese momento, y esto se repite cada vez que el reloj cambia de minuto. Por increíble que parezca esto ha sido así desde el momento de su fundación, con lo cual en esta estación se han narrado todos los minutos que han transcurrido desde el 1 de Julio de 1947 hasta el minuto en que estas leyendo estas líneas.

De hecho el conteo de minutos, al parecer, solo se ha interrumpido en una ocasión desde entonces y hasta esta fecha. Fue el 13 de Marzo de 1957 día en que se intentó asesinar al dictador cubano Fulgencio Batista, sucedió cuando un grupo revolucionario entró y secuestro la señal de radio, para anunciar que Batista había muerto.

Esto no había sucedido, pero estaba planeado que Batista muriera bajo un ataque que se estaba dando, en esos momentos, al palacio presidencial. Si se busca, en youtube existe una grabación del momento en que Radio Reloj es interrumpida, para anunciar a través de la voz de José Antonio Echeverría la falsa muerte de Batista.



Estas serían las últimas palabras de José Antonio Echeverría. Luego de esto, el grupo salió de las instalaciones de la radio para atrincherarse en otro lugar, el auto en que huían fue interceptado por un automóvil de la policía, se suscitó una balacera entre revolucionarios y policías. Más de treinta revolucionarios fueron asesinados en el ataque de aquel día, entre ellos a quienes escuchábamos en la grabación.

Regresando a “Radio Reloj”, con esto de interrumpir cada minuto la narración de noticias, para dar el cambio de minuto exacto. Uno puede estar escuchando una noticia horrible, por ejemplo un descarrilamiento de tren, y sería algo así: “…el día de hoy un tren se descarrilo en la comunidad de La Habana (seguramente en la habana no circulan trenes, quizás en ningún lugar de cuba sea necesario un tren) y se registraron cuarenta y cinco… continuara… Radio Reloj… son las cuatro con doce minutos… conclusión: personas muertas a raíz de este accidente…”

Esa es una tradición que tienen en esta estación de radio, cada vez que una noticia es interrumpida por el cambio de minuto, el radioescucha es dejado con ese “cliffanger”, que a mi parecer es inútil y ridículo, del “continuara”. Uno ya sabe que la noticia continuará, no tienes que aclarármelo cada vez que interrumpes tu locución durante 5 segundos, no es como que tendremos que esperar durante una semana para poder seguir escuchando lo que me estás contando.

Esto es como el cambio de página de un libro, pero en versión radial. Un inconveniente que, por diferencia entre los recursos de los medios de comunicación electrónicos, uno pensaría que se había logrado superar. Pero con el pretexto de una obsesión, iniciada no se por quien hace mas de medio siglo, en pleno 2013, un locutor profesional se ve obligado a realizar “cliffangers” sin sentido, durante todos los minutos de su día laboral.

Yo escuchaba esta estación de radio, pero en su versión mexicana, cuando era niño. Debo de haber tenido unos 7 u 8 años, y no recuerdo mucho de lo que transmitían en aquel entonces. Recuerdo que era algo muy parecido a su contraparte cubana, quizás un poco mas animado, pero en aquel entonces me entretenía.

Ahora que la estación mexicana ya no existe, y vuelvo a escuchar la transmisión de “Radio Reloj” cubana, me doy cuenta de que, seguramente entre los castigos que existen en el infierno, se encuentra “La condena a estar en una cabina de radio, leyendo noticias y mencionando cada minuto la hora exacta durante el resto de la eternidad”. Esto además, claro esta, junto a los ya conocidos castigos infernales de: “La condena a realizar maquetas de concepto arquitectónico eternamente”, o “La condena de vivir en Campeche eternamente”.

Seguro que al colega que les comenté al principio, su primer programa de radio en solitario le ha parecido, si no un castigo infernal, por lo menos una eternidad.

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