Cuando cursaba la primaria, recuerdo que en una ocasión un amigo llevo al salón de clases una revista de Club Nintendo. Yo por aquellas fechas era muy fanático de Nintendo, esa fue mi única etapa como “gamer”, pues tuve mi primer y ultima consola de videojuegos, el Súper Nintendo.
Pero la revista de Club Nintendo que llevo mi amigo a la escuela era diferente de todas las demás, se trataba de un ejemplar especial de unas 100 paginas, y que llevaba el pretencioso nombre de “Enciclopedia de trucos de Nintendo” o algo así. Este ejemplar presumía contener la totalidad de los trucos (“cheats”) para todos los juegos de Súper Nintendo, y Gameboy que existían.
Aunque por aquel entonces ya estaban a punto de quedar obsoletos con la llegada del Nintendo 64. Y por esto mismo, la revista contenía también los trucos para los juegos de la consola Nintendo 64, que se habían producido hasta ese momento. En una época en la que, ni siquiera imaginábamos, la futura existencia del Internet, este ejemplar de la revista Club Nintendo resultaba sumamente llamativo, para un niño de 10 años.
No recuerdo exactamente los detalles, mis recuerdos de esa etapa de mi vida no son muchos (afortunadamente), pero el caso es que mi amigo terminó prestándome su ejemplar de esa revista, durante un fin de semana, mi plan era copiar los trucos de esa revista, a mano, en alguna libreta.
El detalle que si recuerdo es el haberme pasado, varias horas, detrás de mi máquina de escribir hasta terminar con los dedos adoloridos, pero sin haber avanzado mucho en mi necio cometido de copiar 100 paginas de texto continuo. Por si fuera poco, esa edición especial era un ejemplar que carecía de imágenes, y el texto estaba particularmente compacto y pequeño en comparación con una edición normal de esa revista. Así que al final de cuentas tuve que regresarle a mi compañero su revista al lunes siguiente, y conformarme con unas cuantas hojas de maquina (unas 10 o 15) con las cosas que alcance a copiar.
De esa manera entendí lo frustrante que puede ser el no tener dinero para comprar algo que deseas, pero también aprendí que, siempre es más fácil comprar algo. Aunque ciertamente yo experimentaba cierto placer en tener una copia hecha a mano, por mi mismo, de esa revista de videojuegos. Honestamente no se compara con la satisfacción de tener las paginas brillantes, con diseño grafico, prolijamente cortadas y encuadernadas.
Y finalmente, aprendí una tercera lección, que si quieres cosas bonitas, bien hechas, completas y que te hagan sentir bien contigo mismo, necesitaras tener dinero. De lo contrario tendrás que conformarte con un dolor de dedos, una bazofia mal hecha, y el principal subproducto de la existencia humana: FRUSTRACIÓN.
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