martes, 29 de julio de 2014

¿COMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUI?


Pocas cosas son un hecho tan claro, como el hecho de que el mundo de hoy es complejo, y en cierto sentido es mucho más complejo que el mundo del pasado. Aclaro y resalto el término “en cierto sentido” ya que, es verdad que antes no tenias que estar al pendiente de las últimas actualizaciones de los 15 softwares que tienes en tu computadora. Pero intenta acarrear el agua de uso diario a tu casa desde un pozo de agua situado a 5 km de distancia, para que te des una idea de algo que es realmente complicado.

Personalmente, en algún momento de mi vida, me tocó tener que acarrear agua a un miserable kilómetro de distancia durante algunos días, y desde entonces pago el recibo del agua con singular alegría.

Si ustedes son menores de 20 años tal vez no se den cuenta o no puedan darse cuenta de lo mucho que ha cambiado este mundo en apenas 20 años uno de mis mejores regalos cuando yo era niño fue una pista de carritos Hot Wheels, un juego que sólo consistía en aventar un carrito en miniatura en contra de una pared de carritos apilados para qué se cayeran. Debo de haber jugado durante meses con esa cosa.

Pensemos que dentro de unos 15 años, a partir de ahora, habrá personas comentando, quizás a través de alguna tecnología de la época, a modo de anécdota, que cuando ellos eran niños se divertían con cosas tan simples como un iphone o un ipad. Es un hecho que los tiempos cambian, y lo que alguna vez fue vanguardia mañana será la norma.

Así como alguna vez nuestros abuelos se quejaron de nosotros por divertirnos con cosas tan complicadas como un carrito a control remoto, cuando ellos en sus tiempos solamente necesitaban de un trompo o un balero para pasarse, horas y horas, entretenidos.

Es inevitable que las generaciones anteriores veamos a los nuevos niños con nostalgia, y nos lamentemos por ellos y por el hecho de que ellos jamás conocerán lo mágico y maravilloso que fueron nuestros tiempos, sin darnos cuenta de lo mágico y maravilloso que serán los tiempos que ellos viven en ese momento, cuando ellos sean adultos.

Las brechas generacionales son un hecho, y han existido desde que existen seres humanos quizás en épocas como la edad media, el renacimiento, e incluso los tiempos previos a la era industrial, estas brechas generacionales no se notaban tanto pues, en aquellas lejanas épocas, una persona podía pasarse toda su vida haciendo las mismas cosas, de la misma forma y ganándose la vida, desde el nacimiento hasta su muerte, ejerciendo el mismo oficio. Incluso, con suerte, ese oficio se lo heredaría sus hijos, los cuales a su vez, se lo heredarían a sus hijos, y estos a sus hijos, y así sucesivamente, “Ad Nauseam”.

Lamentablemente (afortunadamente, diría yo) las cosas ya no son así, y los primeros en resentirlo fueron la generación de la era industrial. Con la llegada de las máquinas muchos trabajos humanos quedaron obsoletos, y miles o millones de personas de la noche a la mañana quedaron sin empleo, y también con la buena nueva de que, lo que venían haciendo para vivir hasta ese momento, había sido superado y dado como obsoleto por una maquina. Por lo tanto, no sólo pasaban a ser desempleados, sino que además pasaban a ser inútiles. Ese fue el primer shock generacional que tuvo que pasar la sociedad por lo menos en la historia que conocemos.

La agitación y desequilibrio económico que trajo consigo la irrupción de la maquinaria pesada en el sistema de producción mundial, solamente pudo ser paliada y superada con una guerra mundial (de hecho dos guerras mundiales, una crisis económica provocó la primera, y la primera provoco la segunda).

Durante los tiempos de conflicto todo estuvo bien, si todos los recursos se tienen que ir a una empresa que ni siquiera puedes ver, pero que estas convencido que es un asunto de vida o muerte, la pobreza las carencias e incomodidades están justificadas o por lo menos se pueden pasar por alto.

Una vez terminada la guerra otra cosa inesperada hizo su aparición en la palestra. Los años 50 vieron el nacimiento de la cultura adolescente. Las comodidades de la época actual nos dieron algo que nunca habíamos tenido nuestras manos, tiempo libre, y con el tiempo libre descubrimos el ocio. O mejor dicho lo descubrieron nuestros abuelos en aquellos tiempos, porque en la actualidad el ocio es algo demasiado familiar para nuestra generación.

En aquellas épocas los jóvenes, por primera vez en muchas décadas, pudieron darse el lujo de estudiar, e incluso en ese momento se dio la coyuntura para que la escuela dejara de ser cosa de personas acomodadas y de la alta sociedad, y de esa forma la gran masa de jóvenes entro al mundo escolar.

Esto no resulta increíble cuando pensamos que, si algo necesita una sociedad industrial y comercial, es a una generación de individuos jóvenes educados de forma industrial y comercial. Siendo estudiantes por las mañanas y con tiempo libre por las tardes fue la receta para que, al menos en el primer mundo, naciera la cultura adolescente.

Quizás es muy difícil para nosotros el imaginarnos que nuestros abuelos alguna vez tuvieron nuestra edad, tuvieron una cara libre de arrugas, y fueron iguales o quizás más atrevidos y estúpidos de lo que nosotros somos ahora.

La gente de más edad suele decir que los tiempos pasados fueron mejores y que en aquellos tiempos la gente era más inocente y mas buena en general, por supuesto parecen olvidar que en sus tiempos existieron Hitler, la Rusia comunista, la mayor escalada bélica de la historia, y por si fuera poco, también fueron los tiempos de  Vicente Fernández.

Respecto a este punto siempre me ha parecido curiosa, y les recomiendo sobremanera sobre todo si son demasiado jóvenes para haberla visto en su momento, que vean la saga de películas “Volver Al Futuro”. La primera y la segunda entrega están ambientadas en la década de los 50s en su mayor parte. En ellas se retrata, más o menos, los usos, costumbres y dinámicas de la primera generación de adolescentes además de un guiño al nacimiento del género musical definitivo, me refiero por supuesto al RocknRoll. No está de más decir que volver al futuro es mi saga de películas favorita.

En lo personal siempre he fantaseado con la idea de haber podido conocer a mis padres o a mis abuelos cuando eran igual de jóvenes que yo. Me encantaría saber cómo pensaban, cómo veían la vida, que planes y expectativas tenían a futuro, y sobre todo, cuál era su postura ante la idea de tener hijos. Éstas y muchas otras cuestiones se abordan en esta película que les recomiendo, protagonizada por Michael J. Fox y Christopher Lloyd bajo la dirección de Bob Zemeckis.

Luego de la aparición de los adolescentes el sistema necesitaba una manera de controlar toda la energía de los jóvenes, dicen que los hombres en el poder no pueden provocar los desastres a escala mundial, pero a diario rezan para que estos sucedan así pues en los sesentas a la par de los Baby Boomers, los hippies, el amor libre, el surgimiento de las drogas de diseño, y los anticonceptivos, se dio una década de agitación mundial, la cual tuvo su fin con la llegada del hombre a la luna (tuvo su fin la década, porque la agitación nunca ha tenido fin).

Con la nueva década, los años setentas, se le da la bienvenida a un nuevo género que actualmente es objeto de revisión, por parte de quienes nos gusta la música, y que no obstante en su momento fue considerado más o menos como lo que hoy sería el reggaetón, dicho en otras palabras, música basura. Me refiero a la música disco, la cual hizo su aparición en el año de 1973 con la canción “Rock the Boat” del grupo “Hues Corporation”. Ésta canción es considerada como la primer canción del género disco. Muchas cosas cambiaron, y muchas mentes se abrieron con la llegada de las discos y los clubs de baile en os setentas. Ahora lo más importante era mover el cuerpo y nadie mejor para esto que los negros.

Luego de la psicodelia de los sesentas y la fiesta, el baile, los pantalones acampanados, y las botas de color blanco de los setentas, llegó la resaca la depresión y la hora de ponerse serios durante los ochentas. Ahora los hippies de los sesentas y setentas estaban viviendo como vagabundos debajo de los puentes, habían muerto por sobredosis, o se habían convertido en los dueños de los nuevos corporativos.

Los años 80s fueron la década del materialismo, se gestó la figura del ejecutivo junior, el joven que está dispuesto a todo para llegar a la cima de la organización. Aunque al llegar a la cima se dé cuenta de que no existe nada, y no le quede otra opción más que arrojarse de la ventana de su penthouse.

Las películas representativas de esta década son “Wall Street”  una visión de lo cínica que se estaba volviendo nuestra sociedad, y que podría ponerse aún peor, lo cual sin duda sucedió. También esta Terminator una renovación del miedo que el hombre le ha tenido a las máquinas, incluso desde antes que se inventaran como tales. Y Robocop, la visión posmoderna de una humanidad donde la decadencia es tal que a la gente apenas le sorprende, pero a nadie parece preocuparle, que en las calles se encuentre una cosa mitad hombre y mitad robot con una pistola automática en la mano.

Los ochentas terminaron el día en que cayó el muro de Berlín lo cual resulta una analogía adecuada para lo que sería la primera década de la era de la comunicación. En esta década conocimos algo sumamente novedoso, tan novedoso que nadie sabía lo que era y sin embargo todo mundo quería hablar sobre la Internet. Las computadoras habían estado entre nosotros desde hacía años, en los setentas estaban en los cuartos aislados de las grandes empresas, en los ochentas las computadoras tomaron el lugar de las calculadoras de mesa y de algunas máquinas de escribir.

Pero fue hasta los noventas en que nosotros, las personas de a pie y sin dinero, que nos mantenemos siempre al margen de las cosas grandes, llegamos a tener un conocido que, sin ser un bicho raro de la tecnología, tenía en su casa una rudimentaria computadora, que en aquellos momentos nos parecía lo más increíble del mundo.  Sin embargo el Internet aún estaba a unos cuantos años de distancia.

En la primera mitad de la década de los noventas el tema de conversación fueron los virus de la computadora, el término de virus informático se popularizaría mucho tiempo después, las personas aún no sabíamos lo que era una computadora mucho menos entenderíamos lo que era la informática. Y durante la segunda mitad de la década de los noventas hizo su aparición el Internet, y como ya es costumbre junto con todo lo nuevo y revolucionario viene el miedo a que destruya la humanidad tal y como la conocemos.

A principios del siglo pasado el fin del mundo lo traerían las máquinas, a mediados del siglo pasado el fin del mundo lo traería la guerra, y así como actualmente el fin del mundo lo traerá el calentamiento global, en la última década del siglo pasado el fin del mundo venía de la mano de las computadoras el Internet y el Y2K. Afortunadamente, aunque para sorpresa de muy pocos, el mundo no se acabó en el primer segundo del primer día del primer mes del año 2000.

Y así como, de un día para otro, dejo de estar de moda la palabra milenio, se pusieron de moda dos términos, el “arroba” (@) y el “e-mail”. De hecho e primer programa de radio sobre tecnología  y computadoras, emitido en México por esas fechas, se llamaba precisamente “arroba”.

De esta manera se marcó la que quizás sea una de las brechas generacionales más grandes que haya habido en la historia de la humanidad, pues ahora todos los que éramos jóvenes teníamos algo que los viejos no podían tener. Salvo algunas contadas excepciones, ahora todos los jóvenes teníamos nuestro e-mail, es decir todos teníamos nuestra “@”. Aunque en la actualidad hemos ido incluso más lejos, ya no es que todos tengamos nuestra “@” sino que ahora cada uno de nosotros somos una “@” (@CarlosArizpe).

De esta forma el mundo, el tiempo, y la historia avanzan. Lo que en su momento fue innovación en el futuro será la norma, nadie sabe lo que vendrá después el actual “Boom de las redes sociales”, de lo que sí podemos estar seguros es de que, irremediablemente pasarán de moda y quedarán obsoletas por las nuevas tecnologías, las cuales quizás en este preciso momento ya se estén desarrollando, por lo menos en la mente de alguna persona. Al realizar un balance del siglo pasado, creo que nos toca estar orgullosos por lo que la humanidad logró hacer en tan sólo 100 años.

Hemos pasado de la invención del aeroplano a la exploración de otros cuerpos celestes. Fuimos de la introducción comercial del cinematógrafo, a la implementación de pantallas Imax en 3D. Y lo que más ha cambiado la cara de las cosas a nivel mundial fue el pasar de los mecanismos de relojería a las computadoras personales.

Personalmente no puedo ni siquiera imaginar cómo será todo dentro de unos 100 años. Me gusta pensar que algún blogger del futuro se encontrará dentro de 100 años haciendo un artículo (mediante alguna de las futuras tecnologías de la comunicación) recapitulando todas las cosas que se hicieron en este siglo, el cual tenemos el privilegio de que está empezando con nuestra generación. 

Ahora que termino de escribir este artículo, y leo nuevamente el encabezado del mismo, vuelvo a hacerme la misma pregunta “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?” y sólo se me ocurre una respuesta: Con mucha suerte.

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