martes, 31 de diciembre de 2013

NO ABRAZOS, NO APRENDIZAJE, SOLAMENTE SEINFELD.

“Seinfeld, la serie de televisión acerca de nada”. 

Como lo había mencionado en el podcast de Antimateria, estos últimos días del año, donde el ritmo de la vida baja y uno tiene mas tiempo libre, he tenido oportunidad de revisar los episodios de la serie noventera Seinfeld. Es por eso que decidí cerrar el 2013 con este articulo donde expongo, mas o menos como fue mi experiencia con esta serie, de la cual me hice aficionado mucho tiempo después de que terminara de producirse en 1998.

También decidí abrir este articulo, citando esta sonada frase de los noventas porque, si uno lee cualquier articulo o post en internet acerca de Seinfeld, inevitablemente en algún momento de la lectura uno se encontrará con este eslogan, que era la tarjeta de presentación de esta serie.

Por lo tanto he querido desembarazarme pronto de este lugar común, y lo hago con el firme propósito (llámenlo propósito de año viejo) de que no repetiré dicha idea a lo largo de todo mi articulo. Hago esto porque para quienes somos fans de esta serie, escuchar o leer la frase “la serie que no trata de nada” es como si nos dijeran que el pasto es verde, el cielo azul, o el podcasting está muerto. Simples obviedades.

Al igual que la mayoría de los que fuimos niños en los años 90s, el primer indicio que tuve de que en el mundo existía algo que se llamaba Seinfeld, fue el capitulo de los Simpson en donde, al querer darle mas fama a la ciudad de Springfield, las hermanas de Marge, Paty y Selma, proponen en una junta publica que el nombre de la ciudad de “Springfield” se cambie por el de “Seinfeld”.

A pesar de la decisión de los traductores, de eliminar ese chiste, uno podía ver que en el pizarrón del ayuntamiento se leía la frase Seinfeld.


Comprendo el porque hicieron esto. En primer lugar, seguramente a la oficina de la cadena Fox en México, no le agradaba la idea de que Los Simpson hicieran promoción de una serie producida por una cadena rival (NBC), en el mercado mexicano. Por otra parte, una de las funciones del doblaje es hacer que la obra original sea entendida por el mercado al que se esta doblando, y hasta donde alcanzo a recordar, la serie Seinfeld no era nada conocida en México. De hecho, hasta hace un par de años, yo tenia la idea de que jamás se había doblado para México, pero hace poco, investigando en internet, di con un listado de los actores que supuestamente habrían hecho un doblaje al español de esta serie.

Según los datos que encontré en internet, el doblaje al español se habría hecho solo para las primeras tres o cuatro temporadas (al parecer México no estaba listo para el humor de Seinfeld), y se acredita al actor Alfonso Obregón como interprete de Seinfeld en español, Mario Castañeda en la voz de Kramer (de verdad que no me lo imagino en ese papel), María Fernanda Morales seria la voz de Elaine, y Herman López habría hecho la voz de George Constanza. Imagínense a George Constanza con la voz del papá del pescadito Nemo, a Kramer con la voz de Goku y a Jerry con la voz del ogro Shrek.

Esto ha hecho que nazca en mí el deseo de comprar los DVDs de la serie en español latino, si es que existen, solamente por la curiosidad de ver las caras de los protagonistas de Seinfeld, con voces mexicanas. Puesto que, de este doblaje al español de Seinfeld, no existe ninguna pista en internet. Luego de haber visto la serie completa, y algunos episodios varias veces en su versión original, seguramente será una cosa rarísima.

El caso es que, aun en aquellos años de juventud, uno ya estaba acostumbrado a que ciertos chistes fueran tropicalizados, y resultaran inentendibles, dentro del doblaje de nuestras caricaturas. Esto que hoy le horroriza a algunos, en aquellos momentos no nos importaba en lo absoluto. Bueno, no importaba salvo ciertas excepciones, una de esas excepciones fue el episodio en el que el Señor Burns acude a una estación de radio.


La situación que se dio en ese episodio de los Simpson solamente pudo haber sido comprendida en su totalidad por las personas que vivíamos en Monterrey, así que esta es una pregunta directa para los responsables de ese episodio: ¿De verdad pensaron que nos tragamos la falacia de que, esa caricatura de un tipo gringo con entradas, pelo largo y rubio era Juan ramón Palacios?


En mi escuela existían también niños afortunados, niños que tenían en sus casas antenas parabólicas. Ellos eran los que nos informaban, al resto de los niños miserables, sobre las actualidades que existían en la cuna de la cultura pop moderna, Estados Unidos. Recuerdo que algún compañerito nos platicaba, a raíz de que salió al aire el este capitulo de los Simpson, donde mencionan a Seinfeld, que dicha palabra era una serie que pasaban en Estados Unidos. Incluso nos platicaba algunos por menores de ese programa.

En ese momento las series en “live action” que me animaba a ver eran “La Niñera” “El Príncipe del Rap” “Salvados por la Campana”, así que yo visualizaba la dichosa serie de Seinfeld al estilo de estas series.

Un grupo de amigos con los que me juntaba en la escuela (el único momento del día que lo dedicaba a socializar), nos reuníamos religiosamente a la hora del recreo a platicar sobre las series que se transmitían en TV abierta de aquellos años (1995), lo hacíamos al pie del asta de la bandera de la escuela. Incluso éramos reconocidos por nuestros profesores como los que dedicaban todo el recreo a solo sentarse y platicar. Había ocasiones en las que teníamos que pasar el recreo adentro de los salones, debido a la lluvia, entonces la maestra de nuestro salón nos permitía salir al pasillo de la escuela para sentarnos y platicar de lo que fuera que platicáramos.

Solo nos faltaba tener nuestras patillas, inflar el pecho, decir “deducción impositiva”, y apreciar el jazz improvisado para considerarnos adultos por completo.

El punto es que, a la edad de 10 años, era muy difícil que nos hubiéramos interesado en una serie de cuatro adultos neoyorkinos con, adolescencia tardía, que se la pasan yendo por la vida sin aprender nada, sin querer a nadie, y haciendo daño involuntario a cuanta persona se les cruza en su camino, con el único objetivo de sacar beneficio propio. Lo que de niños nos era completamente ajeno, hoy en día es una perfecta descripción del comportamiento de la sociedad en general, en los tiempos que corren.

Para un servidor Seinfeld llegaría unos 5 años después de que sus creadores le hubieran puesto punto final a la serie, convirtiéndose en un clásico instantáneo. Fue entre el 2001 o 2002, no lo recuerdo bien, casi al final de mi época de preparatoria, cuando por fin pude conocer las caras y las tramas de lo que en la década pasada había hablado tanto la gente adulta.

Mi veredicto fue que Seinfeld era mejor incluso que “Will & Grace” o “Just Shoot Me”, que por aquel entonces era mi serie favorita. Aun así, en aquel entonces no tuve la oportunidad de ver la serie completa, vi unos cuantos capítulos que me gustaron mucho, pero tuve que esperar a las épocas de internet para poder zambullirme por completo en la serie. Esto fue casi 10 años después de que la serie se hubiera terminado.

Durante casi una década Seinfeld fue para mi esa cosa genial, que habían hecho los gringos cuando yo era niño, pero que me lo había perdido, y que actualmente carecería de sentido verlo, puesto que su momento había pasado. Es mas o menos lo que siento hacia series como Cheers, que a pesar de haber sido gran fan de la serie Frasier en mi época de preparatoria, nunca me he animado a adentrarme en la serie Cheers, la cual fue el origen del personaje de Frasier Crane. Una vez que hube visto la serie de Seinfeld, caí en cuenta de cuan equivocado estaba.

Aun hoy, al momento de estar escribiendo estas líneas, la serie es tan actual como cuando la vi en la década pasada, o como cuando se emitió el primer capitulo a principios de los noventas. Y creo que esto se debe precisamente al hecho de no tratarse de nada… ¡Maldita sea caí!

Y es que, no solamente en la serie no pasa nada, sino que los personajes no hacen nada. Mas allá de moverse, reaccionar a su entorno y actuar en base a ciertas motivaciones primarias como el hambre, el miedo o la ganancia personal, ninguno de los personajes es virtuoso, ninguno presenta  ningún comportamiento digno de enaltecerse, o por lo menos de remarcarse. Nadie en la serie destaca por nada, ningún personaje lleva la batuta en ninguna situación, y para colmo, en una serie mayoritariamente conversacional, nadie dice jamás algo trascendente.

Ninguno de los 4 personajes principales aprende, ni evoluciona (o involuciona) un paso mas allá del estado en el que se encontraban al inicio del capitulo. Todos los personajes y sus respectivas circunstancias se mantuvieron de la misma manera desde la primera escena del episodio piloto, hasta la ultima escena del capitulo final, en la temporada nueve.

De hecho, los escritores se aseguraron de remarcar bien este detalle, pues en la ultima escena del capitulo final de la serie, Jerry Seinfeld y George Constanza, repiten las mismas líneas de la conversación con la que abrieron la primer escena del primer capitulo en 1989.

No me extrañó entonces cuando supe que Jerry Seinfeld es un gran fanático de los comics de Superman, en la serie, pero también en la vida real. Esta es la principal característica de los arcos argumentales en los comics de superhéroes, ya sean de Superman o de cualquier otro. No importa lo que suceda, o la época en al que estemos. Superman siempre será como debe ser Superman, Batman siempre será como debe ser Batman, La Mujer Maravilla siempre será la Mujer Maravilla, y cualquier intento artístico por modificarlos, simplemente pasará de moda, y será rápidamente olvidado.


Los personajes en Seinfeld compartían otra características del mundo de los comics, tenían amnesia sobre cualquier suceso importante y capaz de cambiar su vida o su perspectiva, que hubiera sucedido dentro de los capítulos anteriores de la serie.

Esto lo podemos ver mas claramente en el universo DC, por ejemplo, no importa que todo el universo haya sufrido un cataclismo terrible, dentro de las historias de los comics, a mediados de los 90s, al día de hoy los comics de Batman siguen contando variantes modernas de la historia original escrita en los 40s. Quizás con más sangre, con dibujos más elaborados y realistas, pero aun así, Batman seguirá haciendo lo mismo que ha hecho siempre, sin importar la cantidad de Robins o Nightwings que maten a lo largo de su misión.

De igual manera sucedía en Seinfeld, no importaba la cantidad de aprietos en los que Kramer los hubiera metido a todos, al episodio siguiente Kramer podía entrar al departamento de Seinfeld, sin siquiera tocar, tal como lo hizo desde el capítulo piloto. No importaba la cantidad de mujeres que Jerry Seinfeld hubiera metido a su departamento, sabíamos que cada capitulo tendría una novia nueva.

Y sobre todo, no importaba la enorme cantidad de actores invitados en la serie, sabíamos que ninguno de los personajes entablaría una relación lo suficientemente profunda, con ninguno de los principales, como para volverse personaje regular de la serie.

El lema de los creadores de la serie, Jerry Seinfeld y Larry David, era “no hugging, no learning” (no abrazos, no aprendizaje), en un evidente intento de que en la serie no cambiara ni la situación, ni los personajes. Esta filosofía da como resultado una sensación de seguridad, dentro de la serie, que seguramente contribuyó a que la serie fuera tan popular, y lo siga siendo hasta ahora.

Pongámonos en situación, uno podía llegar a su casa, a mediados de los noventas, y sin importar los problemas del trabajo, los problemas con la familia, lo que tuvimos que pasar en medio del trafico para llegar a nuestra casa, sabíamos que los jueves por la noche siempre iba a estar ahí el mismo episodio de Seinfeld. Con los mismos personajes, las mismas motivaciones, las mismas circunstancias, y al final del episodio, aunque el conflicto no se resolviera del todo, sabíamos que los escritores harían una elipsis, y nos presentarían a Kramer fuera de la cárcel, a Elaine de nueva cuenta buscando novio, a George viviendo con sus padres, o a Jerry peleando contra los detalles cotidianos de la vida de un treintañero de a pie, a pesar de que en el episodio anterior había comprado un auto Mercedes deportivo.

Esta estabilidad inamovible, dentro de la serie, nos daba además de una sensación falsa de seguridad, una sensación de poder y de control (ya se lo que va a pasar, siempre pasa lo mismo) de la que no nos damos cuenta, pero que disfrutamos y hace que nos enganchemos a algo. Y esto es también la razón de que las personas nos resistamos tanto al cambio, en general pero también en cuanto a series de televisión.

Un ejemplo de esto es la serie House, que seguramente sus creadores aun tienen pesadillas durante las noches, provocadas por la terrible baja de audiencia que tuvieron, al momento de reemplazar a toda la plantilla de doctores que le hacían contraparte al personaje de Gregory House.

Otro factor, a tomar en cuenta, en esta serie donde nada , o en el mejor de los casos poco ocurre, es que casi no hay referencias a las cosas de moda a mediados de los noventas. Nadie expresa los valores o la idiosincrasia propia de los noventas, ningún personaje los tenia realmente. Nadie se pronunciaba a favor o en contra de algo, o al menos no con demasiada fuerza. Cualquiera de los protagonistas era capaz de cambiar o eliminar sus ideales, a cambio de sexo, dinero, o una hamburguesa gratis. El resultado es una serie atemporal, amoral, y apática. En otras palabras, una serie perfecta para quien escribe, y para la mayoría de los individuos de la “generación X”, y de la generación de los “millenials”, egocéntricos y cínicos.

Otro factor es que la serie Seinfeld tiene el favor del ídolo que muere joven, como lo hicieran James Dean, Janis Joplin, o… Selina, y de esta manera la gente los recordaremos, por siempre, en su mejor momento. Seinfeld fue conocido por el público a nivel internacional con la entrada de los 90s (el piloto es de 1989) y se fue justo antes de la vergonzosa e ingrata etapa de transición entre los 90s y el nuevo milenio.

Seinfeld se fue en el 98, antes de que tuviéramos que soportar a Britney Spears, Austin Powers, Los Backstreetboys o la burbuja .com. De la misma manera que alguien, sobrio y respetable, que se va de la fiesta antes de que el ambiente se ponga decadente y lamentable.


Este ultimo  punto bueno, respecto a la serie de Seinfeld, se le debe exclusivamente el criterio de Jerry Seinfeld (Larry David había dejado la serie un par de años antes del final), y a su decisión de retirarse en el punto de mas popularidad de la serie, por todo lo alto y sacado de la plaza en hombros.

Un ejemplo del fenómeno que significo el final de la serie se ejemplifica perfectamente en la anécdota de que Frank Sinatra, legendario cantante de la época de oro del cine en Estados Unidos, falleció la noche en que se emitió el episodio final de Seinfeld, el 14 de Mayo de 1998. Su hija Nancy Sinatra tenia planeado ir a visitar a su padre exactamente esa noche. Pero durante toda la tarde la cadena de televisión puso un maratón de episodios de Seinfeld, para cerrar con el gran final por la noche.

Nancy Sinatra se entretuvo viendo el maratón y posteriormente el capitulo final de Seinfeld, me parece sumamente bizarro el pensar que, mientras media ciudad se encontraba viendo el final de Seinfeld, Frank Sinatra se encontraba siendo trasladado por las calles hacia el hospital Cedar-Sinai Medical Center, donde finalmente moriría poco después de terminar el episodio de Seinfeld (22:35pm). Posteriormente Nancy Sinatra habría dicho, en una entrevista, que “desearía mejor haber grabado el episodio esa noche”.

La serie de Seinfeld era buena, pero no era para tanto.

De estrenarse en estos tiempos Seinfeld habría sido probablemente mas exitosa, gracias al internet y  a las nuevas tecnologías. Pero de la misma manera, seguramente habría pasado al olvido de una manera igual de rápida. Sabemos que, en la actualidad, la sociedad tiende a adoptar modas de manera mas rápida, mas global, pero también a desecharlas mas rápidamente, sin que importe mucho la buena, o mala calidad de su concepto.

Además, para que un hipotético Seinfeld en la actualidad tubiera similar éxito entre los adultos jóvenes, seguramente se debería adaptar a los tiempos que corren. Quizás una mezcla entre Seinfeld y BigBang Theory, por aquello de que los “nerds” estuvieron de moda a finales de la década pasada. O quizás una mezcla entre Seinfeld y Breaking Bad, o Walking Dead. Prefiero quedarme con la versión original.

Si Seinfeld se hubiera creado en estos tiempos, seguramente no lo habría disfrutado tanto como lo hice en su momento, en la década pasada y aprovechando la intimidad de las épocas previas a las redes sociales.

No me imagino tener que leer en la actualidad Trending Topics como:

#MasterOfYourDomain
#HappyFestivus
#NoSoupForYou
#SERENITYNOW!!!

Eso habría arruinado la experiencia de la serie individualista, por excelencia, para un ser individualista como yo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

RECUERDOS ETERNOS

Pocas cosas me preocupan sobre mi propia muerte, mas bien creo que en general lo que mas me preocupa a mi, y a cualquier persona,  es la muerte de nuestros seres queridos, por encima de la nuestra propia. Mas allá del hecho de dejar de existir, o del hecho de abandonar la consciencia de mi mismo. Me imagino que una vez que uno muere, poco nos importará lo que suceda después con nuestro cuerpo, o con el resto del mundo. Como dijera alguna vez Isaac Asimov (o mejor dicho, escribiera alguna vez) en alguno de sus libros: “La vida es placentera, la muerte es pacifica. Lo que es preocupante es la transición entre estas dos”.

Una de las pocas cosas que me perturban sobre la muerte, mi propia muerte, es el hecho de que todo lo que albergan nuestras cabezas desaparezca. Nosotros somos quienes somos, gracias a nuestros recuerdos. Si perdiéramos la capacidad de guardar recuerdos en nuestro cerebro, entonces seriamos como una persona nueva en cada día de nuestra vida, y definitivamente dejaríamos de ser individuos, dependeríamos en gran parte de otras personas para cubrir nuestras necesidades básicas, y poco podríamos hacer con nuestra vida. Si no creen esto último les recomiendo un documental llamado “El hombre con 7 segundos de memoria”. Es lo ideal, para ver, en estas épocas de celebración.

Hasta donde sabemos, nuestros recuerdos residen en nuestro cerebro en todo momento. Por ejemplo, es poco común que, a lo largo de nuestro día, cada uno de nosotros recordemos nuestro primer día de escuela. Generalmente es un recuerdo que, a pesar de ser uno de los recuerdos mas fuertes, solo acude a nosotros cada vez que alguien nos lo menciona, o algún agente externo, nos dispara el recuerdo. Tal como lo acabo de hacer yo en este momento.

 Lo curioso del asunto es que, ese recuerdo del primer día de escuela, no se encontraba hace unos momentos dentro de tu pensamiento. Ahora si lo esta (pues seguramente al estar leyendo esto, una parte de tu cerebro comenzó a recordar tu primer día de clases, mientras tu seguías leyendo), pero ¿Desde donde es que ha venido? Si quisiéramos rastrear dicho pensamiento, nos daríamos cuenta de que en realidad se trata de un patrón de impulsos eléctricos, que se están llevando cabo dentro de nuestro cerebro. Y es gracias a esto que la imagen y las sensaciones de aquel día emergen en nuestro pensamiento.

No sabemos exactamente de que manera, pero lo mas lógico es suponer que, a pesar de que el patrón de impulsos eléctricos que producen el recuerdo no esta sucediendo todo el día, todos los días en nuestro cerebro, hay algo dentro del mismo que puede albergar esta información en todo momento. Luego, cuando nosotros conscientemente le pedimos esta información al cerebro, de alguna manera que desconocemos, el cerebro reproduce de nuevo esta secuencia de impulsos eléctricos, y aparecen de nuevo las imágenes y las sensaciones de nuestro primer día de escuela, en nuestra cabeza.

Hasta donde los instrumentos médicos nos permiten ver al cerebro, lo que sucede es que la persona ordena al cerebro recordar, y acto seguido los recuerdos “suceden”. Nuestro cerebro se las arregla para procesar y guardar de manera, mas o menos permanente,  el recuerdo de nuestro primer día de escuela, pero también todos los otros recuerdos, del resto de nuestra vida. Dentro de apenas 1400 gramos de materia gris.

Lo peor de todo es que cuando morimos, al parecer, nuestro cerebro es lo primero en morir. Malas noticias, pues cualquiera que haya intentado meter un CD dañado a una lectora de CDs, sabe que si el soporte esta dañado, en este caso con necrosis por falta de oxigeno, poco se puede hacer por recuperar la información que tenia almacenada. Que muera nuestro cerebro es perder una enorme, y supongo yo, valiosísima cantidad de información. Lo mas espeluznante de todo es que esto es algo que sucede miles de veces todos los días. Y algún día mi cerebro, y el cerebro de todos ustedes que están leyendo estas líneas, morirán también.

¿Te quieres volver loco cada vez que tu computadora debe ser formateada y no tuviste oportunidad de hacer un respaldo? Ahora imagínate el día que pierdas el respaldo de todos los recuerdos, de toda tu vida. Supongo que el único consuelo que nos queda es que, como dije al principio: “una vez que uno muere, poco nos importará lo que suceda después con nuestro cuerpo, o con el resto del mundo”.

Por supuesto, para esto se inventaron los libros. La primer línea escrita en la historia de la humanidad, seguramente fue escrita por un cavernícola que, en el colmo de su frustración por no poder comunicar su idea directamente a la mente del otro cavernícola, comenzó a gesticular, a manotear, y por ultimo, tal vez por accidente, a realizar surcos en la tierra, para tratar de que su interlocutor comprendiera su idea original. Luego con el tiempo quizás se dieron cuenta de la importancia de conservar dichos surcos para no tener que repetirlos cada vez que quisieran explicarle lo mismo a una persona diferente. Y así fue que unos meses mas tarde se desarrolló el IPad… mas o menos así sucedió.

Pero incluso la narración más vívida, la novela mas completa, o la historia mas emocionante, no es mas que una pálida copia al carbón de las vivencias reales, e incluso de nuestros recuerdos. La diferencia entre un recuerdo y una biografía, sería como la diferencia entre un sueño y platicar tu sueño a otra persona al día siguiente. No hay punto de comparación entre ambas cosas.

Les puedo poner un ejemplo de esto. Uno de mis recuerdos mas antiguos es una ocasión, a los tres o cuatro años quizás, en que dentro de una bolsa de frituras me salió una estampa con una caricatura. No estoy seguro pero esa debió ser la primera vez que vi una cosa como esas, recuerdo que me preguntaba que era lo que tenia en las manos en ese momento, y el porque había salido de la bolsa de donde salían las “cosas” que yo me estaba comiendo. Seguramente es que así eran las cosas en el mundo, de vez en cuando uno esta comiendo “cosas”, aparecen papeles con dibujos, ahora la pregunta era que hacer con ese papel con una caricatura dibujada. Que mundo tan extraño era ese mundo al que yo me enfrentaba.

Incluso recuerdo, o creo recordar el lugar en el que sucedió esto, que ahora les describo, incluso podría señalarlo en un mapa, o mostrárselos en google street view. Pero aun así no podrían tener la experiencia de los ojos de un niño de 4 años, en un día soleado de 1989, viendo por primera vez una estampa con una caricatura. Lo recuerdo y hasta alcanzo a visualizarlo como una película borrosa y antigua (grabada en 8mm), pero soy la única persona del mundo que podrá ver esta película.

Lo triste del asunto es que nuestros recuerdos y vivencias, solo son accesibles para nosotros mismos. La ciencia ficción nos da la esperanza de que, algún día, se desarrolle alguna técnica para poder compartir recuerdos y experiencias entre seres humanos, pero por lo pronto solo son fantasías.

Por lo pronto, mas que la esperanza del año nuevo, yo conservo la esperanza de que la singularidad entre hombre y maquina suceda antes de que yo muera. Y si además, el volcado de cerebros dentro de computadoras, resulta ser algo de rápida expansión y relativo fácil acceso, así como lo fue el internet, pues que mejor.

jueves, 26 de diciembre de 2013

EL AÑO NUEVO SI EXISTE

Se llegó el año nuevo, y no debe ser un descubrimiento para nadie que en el mundo existimos muchas personas que tenemos una tendencia natural hacia la  melancolía. Es por esto que mostramos cierto recelo o aversión para con estas épocas. Por extraño que parezca existimos algunas personas que, de manera natural y en todo momento somos propensos a la melancolía, a la tristeza, a la seriedad.

Y esto se acentúa por supuesto en las épocas navideñas. Piensen en esto, las épocas navideñas son el momento del año en la que los índices de depresión y suicidios se incrementan dentro de la sociedad en general, imagínense ahora el efecto que una temporada de clima gris, frio, melancolía e introspección general puede tener en una persona que ya es así de manera natural el resto del año. Si las fiestas invernales son el momento en el que las personas normales se vuelven como nosotros, esto significa que los melancólicos nos hundimos todavía mucho mas en la tristeza.

En épocas decembrinas tenemos un poco, en algunos casos mucho, mas tiempo libre. También es la época en al que gracias a reuniones familiares artificiales nos reencontramos con familiares o amigos, que no habíamos visto desde hace mucho tiempo, y es entonces que comienzan los recuentos y las comparaciones. Además gracias a esto nos hacemos conscientes de cómo la vida va pasando por enfrente de nosotros y se va apagando en algunos casos. Esto hace de las fiestas decembrinas la oportunidad de entristecerse un poco en el caso de ser persona normal, o bien, de pegarse una depresión marca Kurt Cobain.

Aunque siempre tenemos a las fiestas, posadas (sin peregrinos), y borracheras en general que se dan en estas épocas, esto nos ayuda en muchos casos a que la depresión no nos pegue, o nos pegue sin darnos cuenta. ¿La compañía de nuestros familiares y amigos mas cercanos es siempre el mejor antídoto contra la tristeza? No, el alcohol.

A pesar de lo que pudieran pensar la mayoría de los que siguen mis pasos por internet, mi opinión es que lo que sucede en estas fechas, y mas específicamente el fin del año y el comienzo del año nuevo, es mucho mas que un truco publicitario por parte de las empresas, para hacernos comprar lo que no nos hace falta, y comer lo que no necesitamos comer. En realidad la mercadotecnia solo se ha encontrado con esta feliz coincidencia de las fiestas decembrinas, las cuales por cierto se celebran incluso mucho tiempo antes del surgimiento del mito de Cristo.

Mas allá de los anuncios insoportables, las reuniones innecesarias, y los regalos no solicitados, el cambio de ciclo en la vida de los seres vivos es una verdad objetiva, de verdad se da un cambio dentro de nuestro planeta cada vez que el mismo completa una vuelta alrededor del sol. A pesar de que el inicio del año sea un momento elegido arbitrariamente por la cultura dominante del planeta (recordemos que los chinos y los árabes celebran el año nuevo un poco desfasado del resto del mundo) lo cierto es que en verdad el hemisferio norte del planeta se encuentra en la parte menguante del ciclo de la vida mientras celebramos el año nuevo.

Los arboles mueren, o por lo menos muere su follaje, ciertos animales hibernan, otros más sucumben ante las bajas temperaturas, algunos afortunados logran irse a otras latitudes en busca de climas mas benignos, y millones de kilos de materia orgánica perecen y son reabsorbidos por la tierra, con lo cual el equilibrio de nuestro ecosistema se mantiene.

Es por esta razón, puramente climatológica que las épocas decembrinas encierran, para nosotros, la melancolía de lo que se termina, pero al mismo tiempo la promesa de un porvenir un poco mas luminoso, un poco mas cálido y un poco mas alegre. Esto es algo que esta en nuestros genes, y que las grandes empresas solo aprovechan para vendernos, solo un poco mas, que el resto del año.

Por lo tanto no hay de que preocuparse, no hay ningún conflicto, ni culpa, ni manipulación, las épocas decembrinas están en nuestros genes, y cada uno de nosotros puede celebrar estas épocas, de conclusión y reinicio de ciclos, como mejor nos parezca. El considerar estas épocas especiales es lo mas normal y natural para el ser humano, e incluso para el resto de los animales. Incluyendo a las personas que nos encerramos en nuestra casa ,a solas, para contemplar nuestra mortalidad y lo insignificante de la existencia de todo lo que existe,  pues también puede significar una manera de honrar el espíritu de estas épocas.

Muy seguramente en la época de las cavernas algún hombre de Neanderthal se habrá encerrado en su cueva a esperar a que pasara el clima adverso y, acompañado de una primitiva fogata, habrá pintado alguna pintura rupestre dedicada al cambio de ciclo en la naturaleza, a las cosas que le habían pasado hasta ese momento, y a lo mejor hasta las cosas que deseaba y esperaba para el futuro.

El día de hoy yo he escrito un articulo en mi blog. Al parecer las cosas han avanzado algo desde aquellos tiempos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

ESCRITURA LIBRE

Existe una técnica de escritura llamada “freewritting” (escritura libre), la cual consiste en ponerse frente al teclado y escribir todo lo que aparezca en tu cabeza, sin analizarlo mucho (de hecho sin analizarlo en absoluto) simplemente teclear aunque lo que escribas no tenga mucho sentido. El reto es simplemente seguir tecleando aunque en tu mente no haya nada en ese momento, se supone que si uno continúa tecleando, aunque no diga nada, eventualmente algo aparecerá en la mente.

Llevo varios meses experimentando con esta técnica, y los resultados han sido muy interesantes. En realidad es una técnica muy sencilla, si alguno de ustedes desea intentarlo, solo tienen que ponerse frente al teclado, asegurarse de que nada los moleste los próximos 5 o 10 minutos, tener un cronometro o reloj a la mano, activar el cronometro con duración de unos 10 minutos y empezar a escribir.

El reto es no dejar de escribir ni un solo momento, hasta que el cronometro haya marcado que se terminó el tiempo. De hecho si de plano de tu cerebro no sale ninguna idea o fragmento de idea, lo que se recomienda es que uno teclee balbuceos sin sentido (blubli ble, ghiblity bli, clueche chuecle…), hasta que algo aparezca dentro de las letras. Esto es así porque según el autor Mark Levy, al utilizar esta técnica es más sencillo escribir contra una meta de tiempo, que contra una meta de cantidad de palabras. Por lo tanto es preferible decir, este día voy a escribir 20 minutos (de escritura intensiva) que proponerse escribir 2000 o 5000 palabras, de freewriting en un día.

Al final de cuentas se obtienen resultados muy similares luego de una sesión de escritura libre (freewriting) que de una sesión de varias horas de escritura convencional. Por supuesto, las revisiones después de una sesión de escritura libre son mas laboriosas, y llevan mas trabajo de estructuración, sin embargo esto se compensa con una veta de ideas mas frescas, mas originales, e incluso te puedes llegar a topar con ideas que ni siquiera sabías que tenías.

Al utilizar esta técnica, uno hecha mano de la parte inconsciente del cerebro, por la rapidez con la que uno ha de teclear, se supone que uno debe teclear lo más rápido que le sea posible, dejando la corrección ortográfica, y los errores de dedo para después.

Haciendo esto, nuestro estilo de escritura (al menos en mi caso) deja de ser expositivo, y se convierte, más bien, en una reacción instintiva. Como los boxeadores, que en medio de una pelea no tienen oportunidad de pensar en cubrirse, en golpear o en contragolpear, simplemente lo hacen y al final de la pelea analizan la grabación de la pelea para darse cuenta de lo que hicieron arriba del ring. El escritor funciona de una manera muy similar a esta, cuando utiliza esta técnica.

Ahora voy a mostrarles un fragmento de una de mis sesiones de freewriting. Lo que van a leer tiene un estilo muy pobre y quizás pueda parecer poco claro, pero es el primer borrador para algún artículo más estructurado, y pulido. El texto está casi como lo escribí de primera intención, tan solo le corregí algunos errores ortográficos o cosas que harían imposible su lectura. Imagínense que están recluidos en su cuarto, con un reloj o cronómetro a la vista, comienzan a teclear, sin pensar demasiado en lo que quieren decir, y luego de uno o dos minutos frente a ustedes comenzaría a aparecer algo como esto:

…ni siquiera yo se que demonios va a suceder, igual y me muero a la mitad de estar tecleando alguna palabra y nada de esto tendría sentido. Muchas cosas han pasado desde al ultima vez que intente escribir, y no tengo la menor idea de lo que debo de hacer a partir de ahora. Igual y todo mundo ya sabe lo que voy a decir, pero solo están esperando a que lo escriba.

En este momento estoy pensando en aquellos pobres escritores, aquellos artistas atormentados que se mataban lentamente cada vez que algo no les salía bien. Es decir los escritores que, en los días buenos, eran unos genios, pero que en los días en los que la suerte no les sonreía nada salía de sus plumas, y se frustraban.

Entonces se mataban a tragos a drogas, a sexo o incluso a pistolas (William S. Burroughs, por ejemplo), es porque en realidad no sabían “como escribir”, es decir no tenían una técnica depurada para que, de la misma manera en la que un plomero te puede arreglar una tubería cada vez que se necesite, un actor puede actuar en el momento en que el director dice acción, un escritor, al ser un profesional, también debería de ser capaz de escribir en el momento en que decida hacerlo, o bien que se le solicite que escriba algo.

Truenan las explosiones dentro de mi cerebro, pero no hay nadie que las escuche, ni siquiera yo mismo. Solía escucharlas y hasta ponerles atención en mi juventud, ahora solamente queda la cerebralidad, el intelecto, los datos fríos o también los datos calientes.

Todo se junta con la intención de crear, con el hambre creativa que alguna vez lo significo todo para mi, durante mis años de estudiante, pero no es mas que la intención mezclada con el recuerdo, las circunstancias son otras, el cuerpo es otro, y me atrevería a decir que hasta ele espíritu es otro.

No suelo dar muchas vueltas a las cosas, cuando me aburro de algo es para mi muy sencillo deshacerme de ello. Pero aun hay algo de lo cual no puedo deshacerme, y es de la vida y de las experiencias. Si alguien experimenta algo negativo en su vida, es indudable su calidad como aprendizaje. Me gustaría que alguien hiciera libros de texto con estas materias, en lugar de simplemente dedicarse a jugar fútbol o ver superhéroes en el cine los fines de semana.

Los superhéroes solo me gustaron de niño. Una vez que descubrí que los superhéroes, no solo no existían, sino que además no podrían existir, comencé a interesarme en la gente mala. La gente mala nunca te defrauda.


Como puede ver las líneas anteriores distan mucho de ser un texto terminado y digno de publicarse, ni siquiera en un blog de Internet. Pero pueden convertirse en la semilla, o los disparadores para escribir algún artículo completo. También notaran que, en la prosa, salto de un tema a otro sin preocuparme por intentar hilvanar los temas de ninguna manera. Así se supone que debe ser, pues se trata de un borrador solamente.

Posteriormente este texto lo trabajaré para convertirlo en dos o tres artículos independientes, lo importante de este ejercicio es, sacar a la página en blanco estas ideas extrañas. Y lo importante, también en este articulo, es que algunos de ustedes (los que estén interesados en escribir), se animen a realizar este ejercicio. Les aseguro que si lo hacen bien, terminarán con un par de ideas que jamás hubieran pensado que se les podrían ocurrir.

jueves, 5 de diciembre de 2013

ESAS EXTRAÑAS COINCIDENCIAS.

Siempre he pensado que el universo no tiene ningún propósito per se, ningún objetivo, y mucho menos un sentido. Es por eso que conceptos como “el secreto”, “sincrodestino”, “diosidencia” (como detesto esa ultima) me parecen poco menos que juegos de palabras para gente que no conoce, o no puede comprender, la ley de los grandes números.

Yo mismo he sido protagonista de muchas aparentes casualidades, en ocasiones demasiado increíbles, o demasiado imposibles de suceder en apariencia.

Una de ellas sucedió hace muchos años, en la víspera de una prueba muy importante para ingresar en la universidad. Yo iba a participar en un examen de admisión para entrar a la facultad de arquitectura. La dinámica se llevaba a cabo para todas las carreras el mismo día, es decir, todas las personas que quisieran ingresar a la universidad, cualquiera que fuera la carrera, teníamos que presentar un examen el mismo día y a la misma hora. Y para mas desgracia, a primera hora de la mañana.

Este es un proceso bastante burocrático, vigilado, y que se ha convertido en una tradición dentro del mundo estudiantil. Por esto mismo es bastante atemorizante para alguien de 16-17 años. Me imagino que en todas las universidades públicas del mundo hacen pruebas parecidas, así que será muy fácil que, cualquiera que lea esto, se haga a la idea.

El problema, para mi, en esa ocasión fue que esta prueba necesitaba hacerse con un lápiz del numero dos. Ya saben, los lápices están graduados según la dureza de su grafito, y los exámenes se contestaban e unas hojas color rosa (que con el paso del tiempo llegué a odiar), las cuales debían ser rellenas en su totalidad con un lápiz del numero dos. Los resultados eran revisados por maquinas con lectores sensibles al grafito, supongo yo, y así el proceso se hace mas exacto, mas rápido y mas barato. Me imagino que a día de hoy la cosa no habrá cambiado mucho, y los estudiantes de esta generación, seguirán familiarizados con este tipo de hojas rosas del infierno.

Bien, pues eran las 11 de la noche del día anterior de dicho examen, y no recuerdo por que razón me acordé hasta ese momento que no tenia el dichoso lápiz que necesitaba para presentar al día siguiente. Me era imposible detenerme a conseguirlo de camino a la universidad, al día siguiente, a esa hora nada estaría abierto, y mi ruta era directa, no tenía tiempo para hacer escalas.

Para darle más dramatismo al asunto recuerdo que estaba lloviendo, o por lo menos estaba haciendo mucho frío. Esto sucedió hace tantos años, que es posible que mi mente haya modificado mis recuerdos de esa noche, para darle más dramatismo a la anécdota.

Quizás con suerte lograría encontrar algún lápiz, o algo que se le pareciera, en una tienda de esas que abren las 24 horas y que, en esa época, estaba a cinco cuadras de mi casa. Actualmente en su lugar se encuentra una farmacia de medicinas genéricas, así que ahora no podría ir a buscar un lápiz en ese lugar, pero si podría comprar unas pastillas de prozac para la ansiedad del examen.

Antes de llegar a esta tienda de 24 horas, recuerdo que el trayecto no fue sencillo, me tope con una papelería, “abierta” a las 11 de la noche. Esta tienda no estaba abierta realmente, creo que los dueños de esta papelería vivían al lado del establecimiento y en realidad estarían haciendo inventario, o quizás acomodando algo a esas horas extrañas. La cosa es que tenían la cortina corrida, y las luces encendidas en su establecimiento, un viernes a las 11 de la noche.

Entré al local, (no recuerdo si estaba mojado o no) y pregunté, como si fuera la cosa mas normal del mundo, si tenían lápices del numero dos. Recuerdo (y de esta parte si estoy seguro) la cara extrañada de la mujer que me atendió, al ver a un imbécil de 17 años empapado por la lluvia (o quizás no), que entraba a las 11 de la noche en su establecimiento, y en lugar de pedir todo lo que había en la caja registradora, pedía un lápiz del numero dos.

Coincidencia grande en un momento tan decisivo de mi vida. De no haber encontrado a esas personas, con su establecimiento abierto, quien sabe cual habría sido el resultado de ese examen, quien sabe si tan siquiera hubiera logrado presentarlo. Como cualquier anécdota que merezca ser contada, esta tiene un final feliz, aprobé el examen de facultad y además quede dentro de la mitad de los que mejor lo habían hecho. Posteriormente vendría mi fracaso en la escuela, en la vida y en todo lo demás que existe. Pero eso es una historia para otro post, quizás.

Este suceso fue para mí una enorme coincidencia, rayando en la predestinación, y que de cierta manera me auguraba que la arquitectura era mi destino y que sin duda tendría un gran éxito en mi carrera universitaria y profesional. Posteriormente la vida me demostraría que no, pero por mucho tiempo me mantuvo preguntándome, y sorprendiéndome sobre la sucesión de hechos, en el universo, que habían provocado que yo encontrara esa papelería, de camino a mi otro destino, y que había desembocado en que yo entrara a la carrera que, en su momento, consideraba que era mi vocación.

La realidad es que, este tipos de casos, no son mas que una simple casualidad, algo que sucede simplemente porque tiene que suceder, y que no solo esta contemplado, si no que además esta predicho, por la ley de los grandes números.

Esto básicamente se trata de que, en todo evento donde una gran cantidad de elementos o sucesos convergen, no solo es posible si no que es obligatorio, que se den este tipo de casos aparentemente imposibles y milagrosos. Esto se vuelve posible por el gran tamaño de la sopa de cultivo. Veamos un ejemplo.

Imaginemos un desfile de esos que se hacen en nuestro país el 16 de septiembre, y que hasta el año pasado se hacían también los 20 de noviembre. Podría parecernos poco probable, por ejemplo, que dos o tres adolescentes sufrieran un desmayo por golpe de calor, en un lapso de un par de horas, si estuviéramos en un día común y corriente. Sin embargo al momento del desfile, como coinciden una enorme cantidad de adolescentes, entonces seguramente tendremos un par de insolaciones por lo menos. Pues las circunstancias cambian con este tipo de eventos. Los matemáticos, pero sobre todo los policías conocen bien esto.

A pesar de que en ese momento tuvo mucha importancia para mí la verdad es que, lo único que sucedió, fue que me convertí en el caso singular de dicho acontecimiento. Es decir, en esa prueba de ingreso a la facultad, seguramente sucedieron unos cuantos casos extraordinarios, coincidencias, y situaciones casi mágicas, parecidas a la mía. Pero todo esto no son más que cosas que deben suceder en el mundo, pues se trata de un mundo caótico y muy grande.

En pocas palabras, cada día que pasa, deben de suceder cientos de casos alrededor del mundo, que no podrían pasar jamás. Al final, lo irónico del asunto es que los milagros imposibles, son la cosa más común del mundo. A muchos les gusta llamarle a esto destino, magia, dios, energía… pero para mi simplemente es la realidad.

martes, 26 de noviembre de 2013

VIVIR SOLO CON LO NECESARIO: MINIMALISMO.

Todos ustedes seguro recordarán su época de estudiantes, quizás la mayoría de quienes lean esto se encontrarán estudiando en este momento. Si las cosas no han cambiado demasiado desde mi época, los estudiantes de hoy seguramente siguen viviendo sepultados entre los apuntes de clase, los libros, las fotocopias de los apuntes de tu amigo que es más aplicado que tú, las fotocopias del libro que no tienes el suficiente dinero para comprar... y que de tenerlo de todas maneras no lo comprarías, y un largo y agobiante etcétera.

En mi caso además me veía saturado de láminas de dibujo, materiales para dibujar, materiales para construir maquetas. Por si no fuera poco también conservaba maquetas de cursos pasados, que su trabajo me habían costado realizar y por esto mismo no me decidía a tirarlas. Y claro está, los principales inconvenientes de las cosas físicas son, primero que ocupan lugar, y segundo que tienen la incomoda costumbre de acumular polvo.

Actualmente sostengo que mi etapa de universitario fue la culpable de que yo lograra superar cierta obsesión, heredada por mi madre, hacia la limpieza, el orden. Esta obsesión estaba dirigida solo a las cosas que me rodeaban, desde luego y desafortunadamente nunca se dirigió tal obsesión hacia mi persona. Durante esa época mi lema personal era: "El desorden es indicativo de trabajo y creatividad". Si, lo acepto, como “lema personal” es poco pegajoso.

Hace poco, navegando por el infinito Internet, me encontré con una idea que quizás podría hacerme regresar al buen camino, al lado luminoso de la fuerza, o por lo menos al lado donde las cucarachas no se instalen a vivir entre mis pertenencias. Resulta que existe en el mundo un grupo de personas que un día se sintieron abrumados por el desorden que había en sus hogares, y se convencieron de que, el estilo de vida consumista y acumulador, que llevaban hasta ese momento, no los llevaría a nada bueno. Es así que en el mundo existen los minimalistas.

Mi primer acercamiento con la corriente minimalista vino precisamente en una clase de la facultad de Arquitectura. Curioso es que a pesar de referirme a una facultad de arquitectura, no se me presentó como la corriente de arte minimalista de mediados de los sesentas, del siglo pasado. Aquella que proclama que “menos es más”. Aunque, de hecho, el estilo de vida minimalista se inspira en dicha corriente y en dicho concepto. Pero en este texto me referiré, en todo momento, al minimalismo como filosofía y estilo de vida.

Uno de los arquitectos, que nos daban clase por aquel entonces, estaba muy influido por la corriente espiritual del “new age”. Él solía aderezar sus clases con disertaciones sobre la reencarnación, la magnetoterapia, el budismo y demás conceptos románticos/falsos.

Fue quizás por eso que me llamo la atención, y se me quedo tan fijado en la mente, uno de los pocos consejos prácticos que nos dio durante el semestre. Por alguna razón la clase derivo al tema de los apegos emocionales, particularmente lo negativos que estos pueden ser en nuestras mentes y vidas.

Me llamó la atención especialmente en el aspecto de la acumulación de libros y revistas. Por aquel entonces, mi propia colección de libros y revistas, ya abarcaba una pared entera de mi cuarto. El maestro nos recomendó una técnica interesante para deshacernos de una buena cantidad de revistas viejas. Constaba de hacer una revisión de todas las revistas, página por página, y recortar solamente los artículos que de verdad nos interesaran de cada revista.

A pesar de lo tedioso y largo que pudiera resultar el proceso lo hice, y fue así como, de coleccionar revistas, pase a coleccionar libros de recortes. Fue un buen paliativo, pero no la solución para mi acumulación.

Dentro de la sociología, y los círculos empresariales, es bien conocido el número de Dunbar. Esta teoría del número de Dunbar fue desarrollada por el antropólogo Robin Dunbar, quien asegura que el número máximo de individuos que pueden desarrollarse en un ecosistema delimitado es de 150. Este número, al parecer, es tal cantidad por que se relaciona con la capacidad natural de procesamiento que poseen nuestros cerebros.

Esta teoría afirma que existe un límite, establecido por nuestro proceso evolutivo, para la cantidad de individuos con los cuales podemos interactuar de manera sostenida. Dunbar llegó a la conclusión, mediante el estudio de manadas de simios, de que un ser humano solamente puede interactuar con un máximo de 150 individuos, dentro de su círculo territorial. Además, al momento en que una agrupación supera este numero, empieza a haber problemas de comunicación y de convivencia.

Es por esto que en muchas empresas de gran capacidad, al momento en que una de sus plantas alcanza el número de 150 empleados en una de sus plantas, en lugar de ampliar sus instalaciones deciden abrir una nueva planta independiente, para que no se presenten los problemas de un ecosistema de más de 150 individuos. Aunque la nueva planta terminase situándose justo al lado de la planta original, sería importante que dichas instalaciones sean independientes y no compartan conexiones entre si. La teoría del número de Dunbar sostiene que, de esta manera funciona mejor cualquier tipo de agrupación.

El escritor Everett Bogue, en su libro “The Art of Being Minimalist” extrapola este número al área de nuestras posesiones. Su argumento es que, hasta hace apenas unos doscientos años, era imposible para el individuo promedio darse el lujo de acumular muchas cosas dentro de sus posesiones. No fue si no hasta la llegada de la industrialización, y producción en masa, que se hizo necesario que la sociedad organizada comprara y consumiera muchas cosas, de forma  también masiva. Esto ultimo con el fin de mantener el sistema económico moderno, basado en las industrias.

Solo hasta entonces el ser humano promedio comenzó a acumular. Aun así está claro que, el cerebro humano, evolucionó durante miles de millones de años en un entorno basado en la escasez de recursos y materiales, por lo tanto, no estaría preparado para poder manejar la gran cantidad de posesiones con las cuales puede contar cualquier persona promedio en la actualidad.

El antropólogo Robin Dunbar calculaba, por el tamaño de nuestro neocórtex cerebral,  que nuestra mente solo podía manejar alrededor de 147 conexiones de relación. Muy probablemente, el número máximo de posesiones que puede tener una persona promedio, sin que su cerebro se vea abrumado, esté relacionado con el número de Dunbar, según la opinión de los adeptos al minimalismo.

Buena parte de esta tendencia, y técnica del mínimo acumulamiento, viene de la mano con las nuevas formas de almacenamiento, y comunicación digital. Por ejemplo, para alguien como quien escribe estas líneas, apenas en los años 90s me hubiera resultado impensable el deshacerme de mi colección de libros y revistas. En cambio, al día de hoy, y con la posibilidad de tener un lector de libros electrónicos, puedo conservar mi colección de libros en formato ebook, e ir desechando, poco a poco, mi colección de libros físicos. Cosa que de hecho ya he comenzado a hacer.

Otra de las virtudes que promueven los más adentrados en esta forma de vida, es la sensación de libertad que te da el ir ligero de equipaje por la vida. El saber que, en el momento que te de la gana, puedes tomar tu maleta de viaje y trasladarte con todas tus posesiones al otro lado del país, sin tener que dejar nada atrás puesto que no tienes nada.

Personalmente yo no seria tan drástico, hasta el punto de poder reducir toda mi vida a una maleta de viaje, como muchos de los practicantes del minimalismo ya han logrado hacer. Lo que me ha llamado la atención, y la razón por la cual me siento atraído hacia este movimiento como para experimentarlo un poco. Es porque, en otros momentos de mi vida he tenido esa sensación liberadora al deshacerme de cosas que no eran esenciales en mi vida, o mi quehacer diario.

Ahora vengo y me entero de que, el acto de tirar triques viejos que hemos llevado a cabo toda la vida, alguien lo convirtió en la esencia de su vida, y le puso como nombre “estilo de vida minimalista”. Lo cual me hace sentir un poco más sofisticado, y en boga.

Además es muy atractiva esta idea, pues, como todo el mundo sabe, no hay mejor lugar para crear alguna obra, que una hoja en blanco, un lienzo nuevo, o un espacio vacío.

lunes, 25 de noviembre de 2013

EN EL FUTURO NO TENDREMOS AGRADABLES SORPRESAS.

Sucedió lo que tanto se temía un servidor… y cuando digo servidor me refiero a mí, al Critter, no a un servidor de internet, aunque la cosa va más o menos por ahí. Más adelante les explicare que fue lo que sucedió, y que yo me temía tanto. Por lo pronto debo echarme mi choro de rigor que al final del artículo se conecta con el exordio que acaban releer.

Y es que en estos tiempos uno ya no esta seguro si las palabras que escribe en cualquier parte van a tener el efecto deseado en quienes nos leen. Con tantos modismos, palabras nuevas, y deformaciones que ha sufrido nuestro idioma, cada vez va a ser más difícil escribir de manera clara y concisa. Esto es un problema, sobre todo para nosotros los que escribimos, (y que en algunas partes les gusta decirnos escritores) pues en ocasiones necesitamos expresar cosas para las cuales no existen palabras en español.

Un ejemplo de esto es la palabra “saudade”, termino en portugués (que llegó a mí a través de un poema de Pablo Neruda) que se usa para referirse a un sentimiento de melancolía antigua, pero no es exactamente eso, vamos que la única manera de definir la palabra saudade es exactamente saudade.

Otra palabra muy popular es “schadenfreude”, que tampoco tiene una traducción directa fuera del idioma alemán, y se refiere a la alegría malsana por el infortunio del prójimo. En pocas palabras, cada vez se hace más difícil ser un escritor, pero también cada vez se hará más difícil ser un lector

Esto se me ha hecho más evidente en estos últimos días en los que, como un ejercicio personal, he echado mano de hemeroteca y me he puesto a leer periódicos y revistas de décadas anteriores, décadas muy, muy anteriores. Específicamente estuve leyendo revistas de la década de los 20s, del siglo pasado. En estos ejemplares uno puede ver que, la manera de expresarse que tenían los escritores por aquel entonces, era sumamente diferente a como nos expresamos hoy en día a través de blogs, o periódicos en línea.

Me pareció interesante el revisar este tipo de publicaciones, pues a diferencia de los libros clásicos que uno puede conseguir reeditados de aquellas épocas, en el caso de las revistas se trata de publicaciones un poco menos formales, destinadas a una lectura rápida y efímera, tal como las revistas de hoy en día. Por lo cual me da la idea de que la manera de expresarse en aquellas publicaciones, previas incluso al nacimiento de mis abuelos, reflejan de manera más exacta la manera en la que la gente hablaba realmente en la vida diaria de aquellos años. Y de verdad que hablaban muy diferente.

Pude notar, también en esas publicaciones, una menor cantidad de recursos, menos posibilidad de hacer referencias, como si la tenemos hoy en día. Pero por el contrario, y para compensar esta deficiencia, el estilo de escritura de aquellos autores era mas claro, más directo, y no como ahora lleno de comparaciones, paráfrasis, referencias, e hipervínculos. No es que ninguna de las dos opciones sea mala, yo mismo soy uno de los primeros en agradecer las referencias externas en un artículo de internet. A lo que me refiero con esto es que, la experiencia de leer una revista impresa, más aun de leer una revista impresa en la primera mitad del siglo pasado, es simplemente diferente. Ni mejor ni peor, solo diferente. Y eso en ocasiones significa una agradable sorpresa, y una bocanada de aire… no tan fresco pero diferente.

Para empezar, cuando uno tiene un libro o revista de papel impreso (mucho tiempo atrás) en las manos, te da la sensación de leer algo congelado en el tiempo. A diferencia de una pagina de internet, que en cualquier momento puede venir alguien y modificarla. Estas publicaciones antiguas en papel, dan la sensación de ser una especie de pergamino antiguo, inamovible, una especie de “ley”, o “verdad universal” escrita en piedra.

Toma entonces especial relevancia el carácter monolítico que tienen, para mí, estas publicaciones, pues estos últimos días he tenido que mudar nuevamente, por enésima vez, mi blog personal. Si, el que estas leyendo en estos momentos.

Como sabrán quienes sean seguidores asiduos de este espacio (es decir nadie) en meses pasados mi blog se convirtió en parte de la pagina de antimateriapodcast.com. Lamentablemente por cuestiones que ya abordamos en los episodios del podcast, y que no voy a repetir aquí porque me da mucha pereza teclear de mas, hemos tenido que abandonar nuestros dominios dentro de esa pagina. Esto era a lo que me refería al principio de este artículo, y es lo que tanto me temía. Ahora cada uno de los integrantes del podcast: Argel, Alonso y un servidor, hemos regresado nuestros blogs personales a los servicios gratuitos que usábamos en un principio.

Luego de todo esto, me da un poco de ansiedad, pensar en lo volátil que es el internet. Quizás será imposible que alguien pueda leer estas letras dentro de 100, o tan siquiera 50 años. Tal como yo lo hice con esas revistas de los años 20.

Un ejemplo de lo anterior, y ni siquiera hemos tenido que esperar tanto, se dio a finales de la década pasada, cuando Yahoo! decidió cerrar y borrar por completo el sitio de geocities. El cual ciertamente se encontraba abandonado, pero dentro de si aun albergaba las primeras páginas de millones de personas alrededor de todo el mundo. Miles de personas se dieron a conocer en ese lugar a finales de los 90s, otros tantos formaron sus redes sociales en este espacio, antes de que se inventaran las redes sociales. Muchos más comenzaron lo que seria toda una vida dedicada a internet, creando páginas en FrontPage llenas de gifs animados, y textos en cómic sans de color azul.

Todo lo anterior ya ha quedado inaccesible para cualquiera, aunque escuche por ahí que alguien había rescatado la información de geocities en forma de torrent. Me pregunto si, dentro de 50 años, ese torrent de geocities seguirá funcionando.

Esto lleva consigo una posibilidad peligrosa, la posibilidad de que en el futuro, no tengamos la oportunidad de encontrarnos con este tipo de agradables sorpresas, con estos accidentes afortunados. Igual que yo lo hice al encontrarme con ese montón de revistas viejas, en el rincón de una librería o biblioteca.

En el futuro, difícilmente habrá algún rincón disponible para la ingente cantidad de texto que esta creando esta generación, no quiero ni pensar en la cantidad de audio, o video, que también estamos produciendo. Me hace preguntarme si lo ideal no será imprimir nuestras propias versiones, en papel, de nuestros blogs. Quizás una versión resumida de las mejores partes, para asegurarnos de que estas líneas nos sobrevivan a nosotros, aunque sea por un par de décadas.

Quien sabe, a lo mejor en el futuro se vuelve una moda Así como en el pasado nuestros padres atesoraban sus álbumes de fotografías, tal vez nosotros le mostraremos a nuestros hijos, versiones físicas, o en pdf, del blog que sus padres escribieron durante su juventud. Y por supuesto, esto también se podrá aplicar al podcasting, o videoblogging.

Y nosotros que creíamos que nuestros padres eran aburridos con las fotos de sus vacaciones. Ahora los niños que vendrán después de esta generación, tendrán muchas horas de video, audio, imágenes, o texto con las cuales nosotros les torturaremos en cada onomástico o día de festivo.

¿Pueden imaginarse dentro de 40 años, siendo unos veteranos, y abriendo 9Gag, o algún respaldo del mismo, para pasar una tarde lluviosa recordando los memes de su juventud?

Yo tampoco.

domingo, 24 de noviembre de 2013

EL MUNDO ES UNA MOTA DE POLVO.

Mientras escribo este artículo, como ruido de fondo, tengo la transmisión por internet de un discurso que están dando algunos altos mandos de la casa blanca, el cuartel general del "gobierno mundial", al menos hasta el día de hoy, acerca del conflicto que esta de moda en estos momentos. Las armas químicas en Siria.

Que lejos me parecen ahora esas noticias sobre el conflicto de Corea del Norte y Corea del Sur, que a pesar de haber pasado de moda sigue desarrollándose, y en teoría sigue sin resolverse, tal como ha estado desde los años 50s del siglo pasado. Que lejos me parecen también, las figuras de Aarón Swartz, o Edward Snowden, que hasta donde supe sigue en Rusia, pero a nadie le importa ya. Y mucho mas lejana me parece la figura de Julián Asange, cuyo proyecto amenazaba a toda la hegemonía del planeta, pero que rápidamente fue olvidado con la entrada del año nuevo 2011, como si de la canción del Gangnam Style se tratase.

Mi idea (¿vaticinio?) es que, los países del mundo están destinados a moverse, quizás a destruirse, o a reagruparse en nuevas entidades, simplemente por el hecho de que el ser humano cambia con el tiempo. La sucesión de generaciones, los cambios medio ambientales, o simplemente el aburrimiento, hacen del ser humano un animal con ansias de cambio a través del tiempo. Yo mismo no soy la misma persona que comenzó a escribir estas líneas hace un par de minutos.

A pesar de que en apariencia, quien me hubiera visto sentado en mi mesa frente a la computadora, no haya percibido ningún cambio en mi. Por dentro se han dado una multitud de procesos químicos y físicos, con cada uno de los sorbos que le he dado a mi taza de te negro, que harían quedar ridícula a cualquier nave de producción industrial de la ciudad.

 La suma de todas las variables azarosas, que existen en este mundo, da como resultado la dirección de la humanidad. Por lo tanto la dirección de la humanidad siempre es caótica y azarosa, al igual que lo es la evolución, el clima, la bolsa de valores, o mi estado de ánimo.

Nótese que he utilizado la expresión “humanidad”, en ves de llamarle “el mundo”, pues es evidente que el mundo es mucho mas que solamente los 6 mil millones de seres humanos que habitan en él y su arbitraria división territorial. Para mi es muy importante recordar periódicamente que el mundo es mucho mas que los seres humanos, y nuestros problemas, reales o inventados. No se exactamente porque, pero me da una sensación de tranquilidad recordar esto de vez en cuando… sobre todo cuando llega el momento de enfrentar los problemas.

Es por eso que deberíamos acostumbrarnos, si no es que lo estamos ya, al desarrollo caótico y azaroso del mundo, y de nuestras vidas. El mundo es caos, nosotros mismos somos caos, y por lo tanto nuestras vidas serán caóticas. Aunque como individuos nuestro cerebro ha evolucionado para buscar el orden, aparente en medio de todo el caos de la realidad. Estamos condenados evolutivamente a buscar algo, de lo cual tenemos poderosos indicios que no existe. Como si del santo grial se tratase.

¿Los países del mundo están destinados a morir entonces? Mi opinión, y deseo, que es la opinión y deseo de muchos mas, (lo sé) es que si. Pero al mismo tiempo me temo, y me parece lo mas lógico, que al momento de llegar a alguna especie de agrupación planetaria, se deberá de dar una nueva fractura y segmentación de la humanidad, ya sea en el mismo planeta, o bien hacia la colonización de otros planetas o estructuras del universo. Como dije al principio, el ser humano debe cambiar, quiere cambiar, o bien cambia sin siquiera darse cuenta. Y en un mundo en donde el desarrollo, la paz, y la felicidad eterna se hubieran conseguido, algo tendría que inventarse el individuo para seguir dándole sentido a su vida.

Si en el mundo no existiesen tiranos, habría que inventarlos (esto le daría quehacer a los tiranos y a los anti-tiranos), si en el mundo no existiese desigualdad, habría que luchar por conseguirla, si en la vida no existiese la muerte, me temo que alguien habría de inventarla. Y lo que es peor, seguramente se volvería rico por la enorme cantidad de clientes, hastiados de haber vivido por siempre.

Y esto me trae directamente al concepto del “nuevo comienzo”. En un mundo donde todos lo tuviéramos todo, de pronto nos despertaríamos con la novedad de que, realmente no poseemos nada. Tener algo, por descontado y en sentido coloquial, hace referencia a que poseemos algo que no tienen los demás. Por ejemplo alguien que “no posee nada en el mundo” suele ser una persona que no tiene un lugar donde vivir. Quizás tenga un par de prendas de vestir, unos viejos zapatos y unos cartones para cubrirse del frío. Pero aun así, decimos que no posee nada, porque es necesario tener una casa, o por lo menos la posibilidad de rentarla, para que pueda llegar a “la línea de salida” (el mínimo aceptable) de la sociedad.

Actualmente el tener una vivienda, servicios mínimos y aunque sea un poco de comida, se ha convertido en nuestra “línea de salida”. Siendo que, quizás hace 200 o 300 años, esto habría sido la máxima aspiración en la vida de la mayoría de las personas. Lo que para nuestros antepasados fue “la meta”, para nosotros solo es “la línea de salida”. Es por eso que, lo que en la actualidad se considera una utopía, para nuestros descendientes será una realidad intolerable. Y todo comenzará de nuevo.

Creo que de eso se trata la vida entonces. ¿No lo creen? Hemos de empezar una y otra vez, en un bucle largo, donde los eventos se repiten, o por lo menos son muy parecidos. En un momento algunos héroes pelearan por algo, y dentro de unos siglos mas, otras personas pelearan por abolir eso mismo. Luego otras personas posteriormente se cansarán de la situación, y de nuevo alguien tratara de reinstaurarlo… hasta que algún día todo termine. Por que habrá de terminar.

 Me refiero, por supuesto, a algún evento cataclísmico, al agotamiento de los recursos del planeta, o la muerte termodinámica de nuestro sol. Y en caso de que hayamos logrado salir de la matriz de nuestro sistema solar a conquistar otras partes del universo, aun tenemos a la muerte termodinámica del universo mismo. Quizás un Big Crunch, o un Big Rip. Creo que aún están averiguando, como es que sucederá, realmente.

Luego de este ejercicio de prospectiva, tan perturbador que acabo de hacer, nos damos cuenta de que, el poco orden que logremos conseguir a lo largo de nuestras vidas, no deja de ser un orden efímero, descartable y perecedero, comparándolo con lo vasto del universo caótico dentro del cual vivimos. Aunque el planeta entero se lograse convertir en una esfera perfecta, impoluta, completamente estéril, al universo le tomaría medio segundo para convertirla en 6 600 trillones de toneladas de cenizas.

Dentro de estas cenizas se irían, y se perderían para siempre, toda la historia del ser humano, todas las vidas de todas las personas que alguna vez pisaron este planeta. Las grandes obras de la literatura, las grandes gestas de los héroes más trascendentales de nuestra civilización. Todas las películas de hollywood y fuera de él. Todas las grandes ideas de los filósofos, matemáticos, químicos, biólogos. Todas las aventuras que se han vivido, las terribles guerras, los logros intelectuales y deportivos, el arte, la música, la pintura, la poesía.

Todo lo que fuimos, y lo que podríamos llegar a ser, al universo solo le tomaría medio segundo en convertirlo en nada. Y lo peor de todo es que esto sucedería sin ningún tipo de intención, sin ningún tipo de voluntad suprema de desaparecernos o de mantenernos vivos. Esto sucedería sin objetivo alguno, por simple azar, por simple movimiento estelar. Tal como sucede dentro de mi organismo a la hora de metabolizar algo. Nos iríamos en lo que tarda un parpadeo, y sin música épica de fondo, ni multitomas con cámara phantom, para realzar el dramatismo.

Como colofón de estos pensamientos, aunque quizás inconscientemente sea en realidad el gatillo que los disparó, pongo estas imágenes del más reciente meteorito que cayó a tierra, al menos el mas reciente que se ha logrado video grabar. Es muy parecido al que golpeara en suelo ruso a principios de este mismo año. Aunque al parecer sus efectos fueron mucho menos destructivos e impresionantes. 


Cosas como estas no son mas que arenillas (arenillas con el potencial de destruir una ciudad entera) que nos llegan, como si fuera brisa, desde el espacio profundo. Y que nos recuerdan que no somos más que una mota de polvo en medio de una tormenta de arena.

jueves, 21 de noviembre de 2013

PRONUNCIAMIENTOS DE JUVENTUD.

Esto que les presento ahora es un texto recuperado de mis épocas de preparatoria. Recuerdo que el gatillo de todas estas líneas, originalmente escritas en una de mis libretas de la escuela, fue una escena de alguna película que ya ni siquiera recuerdo cual fue. En aquellas épocas veía muchos VHS.

Lo que si recuerdo fue que, en ese mismo momento, algo en mi se detono y empecé a garabatear como poseído todo lo negativo que se me venia a la cabeza, sobre la humanidad.

Aunque las ideas son burdas y simples, me resulta interesante leerme a mi mismo hace más de 10 años. Al repasar estas líneas me doy cuenta de que lo que en realidad lo que quería era definirme a mi mismo, ver reflejada en una hoja de libreta algunos de los puntos principales que por aquel entonces le daban forma a mi mente.

En esa época tenia muchas ganas de empezar a pensar, ya después tendría mucho tiempo de arrepentirme de haberlo hecho.



PRONUNCIAMIENTOS DE JUVENTUD:

A

La televisión no solo entretiene y divierte a las masas. Crea realidades, no solamente las “verdades ficcionadas”, las verdades en las que un actor o actriz se ven envueltas en medio de los rodajes. Tampoco son las verdades que un espectador crea en su cerebro al momento de ver las ficciones, películas, novelas.

Va mucho más allá, crea robots, entes con un fastidio intelectual que estandarizan sus ideas, sus pensamientos y sus objetivos en la vida. Realidades torcidas, como lo hace también la religión. Discursos mínimos, para gente con mente mínima. Desde hace mucho tiempo decidí que esto no era para mí. Pero ¿Como renunciar a un mundo del cual no puedo salir? No lo se, y no se si podré averiguarlo.

B


Siempre he sido una persona sin demasiado interés en las cosas. En la vida por ejemplo soy fanático de muy pocas cosas, hasta hace poco era fanático de la película Matrix por ejemplo, pero se me paso rápido. Lo que no puedo evitar, y nunca pasara de moda, es la sorprendente estupidez de la mayoría.

La mayoría del mundo es estúpido, simplón, y conformista. Espero que nunca se desate una guerra entre estúpidos y sensatos, porque lo más probable es que gane la mayoría.

C

No estoy en desacuerdo con el mundo, estoy en desacuerdo con la gente que existe en el mundo. Tampoco estoy disgustado con la vida, sino con e lugar en el que la vida me ha colocado.

D

El amor es una ejecución. La otra vez leí esta frase en alguna revista, refiriéndose al hecho de que el amor debe hacerse, es una acción y no una definición. Pero yo más bien lo tomé como que el amor era una ejecución de un condenado a muerte.

En el amor siempre hay un verdugo y un condenado a muerte. En las relaciones siempre hay un fuerte y un débil, alguien que se impone aunque sea un poco al deseo y voluntad del otro. Y en el caso de una relación en la que nadie de su brazo a torcer… bueno, por algo existen los divorcios.

Creo que lo natural en el ser humano es el vivir en solitario, pero con esporádicos encuentros y escarceos con el sexo opuesto. De lo contrario van a  rodar cabezas.

E

“Solo hay dos tipos de mujeres… las golfas y las que vuelan, y te juro que hasta hoy nunca he visto que ninguna vuele”. Este es un chiste que escuché el otro día en la radio. Obviamente se trata de un chiste machista, que no pretende significar otra cosa.

En ese momento me puse a pensar. Por cierto, yo iba arriba del camión, seguramente soy el único extraterrestre que piensa en la semiótica de un chiste, estando arriba de un ruta 203. Me puse a pensar en lo limitado que debe ser nuestra ideología, si solemos dividir todo en dos partes.

¿Por que nunca he escuchado a nadie decir que tal o cual cosa se puede clasificar en 10 partes? O bien, ¿Porque no decir que existen 856 clases de mujeres? A lo mejor es verdad que existen mas de 1000 tipos de tal o cual cosa, pero por el hecho de que nuestro cerebro está limitado a números pequeños, o bien porque nuestras manos solo tienen 10 dedos o que se yo, vivimos en un mundo de menos de 10 posibilidades.

La mayoría de las veces, nuestras posibilidades ni siquiera superan las cinco.

Desde entonces cuando en un libro veo que por ejemplo las plantas se dividen en dos, tres o cuatro tipos, pienso ¿Será verdad esto? O será solo por el limite de espacio, el limite del papel, o el limite de nuestros cerebros?

F

El arte de hoy es una vieja fumando un cigarro, mientras mira pasar al mundo a través de su ventana. La gente que pasa por la calle donde vive esa vieja es muy poca, y de esa gente los que reparan en la vieja son muchos menos.

Los que si se dan cuenta de la existencia de esa vieja, y se acercan para contemplarla bien, son inexistentes. Es muy curioso, pero desde niño yo siempre he pensado en llegar a ser viejo, sin ninguna razón aparente, simplemente envejecer.

G

Este mundo, esta realidad, están sostenidos y dirigidos por el dinero. El que tiene el dinero dirige al mundo. Me pregunto como llegamos a la conclusión de que, el que tenía el dinero, también tenía que dirigir al mundo.

Dudo mucho que la gente con más dinero sea la gente más sensata. Podrán ser los más listos quizás, pero no los mas sensatos.

¿Quien es la persona indicada para manejar un camión de pasajeros? ¿Aquel que tiene control perfecto de si mismo, de la carretera, que conoce el camino y que domina a la perfección el volante? ¿O el tipo que ha sido capaz de pasar por encima de todos los pasajeros y quitar de en medio al conductor del camión?

Este camión sobre el que vamos, estoy seguro que tarde o temprano, va a caer por un desfiladero.

lunes, 9 de septiembre de 2013

CITA CONMIGO MISMO.

Hoy tuve una cita conmigo mismo. La noche era oscura, silente, como las noches que desde hace mucho tiempo no tenia. Han pasado 7 u 8 años quizás, desde la última noche de este tipo.

En aquellos días recuerdo que me confundían mucho este tipo de noches. Era algo fuera de lo común, muy parecido a estar loco, o al menos a como dice la gente que es estar loco. En aquellos días me daba miedo, hoy no. Hoy, para mí, estos son días sumamente interesantes.

¿Pensamientos delirantes? Lo mas seguro es que si. Hace 7 años solía acompañar esas noches con una vieja radio, escuchaba el “AM” hasta que el sol comenzaba a iluminar mi ventana. Hoy son en silencio, más intensas, más profundas. En aquel entonces necesitaba el sonido, sordo e indiferente, de una voz cualquiera para no sentirme completamente apartado de la humanidad.

Los programas de radio, retransmitidos por la madrugada en el AM, eran una sonda que me unía aún con este mundo. Hoy ya no necesito esa sonda, como les sucede a las personas que han aprendido a nadar.

Un pedazo de papel para escribir, el sonido de los grillos, perros ladrando a lo lejos de vez en cuando. Estoy seguro de que el significado del universo se encuentra en una noche a las 3 de la mañana en medio del silencio y en completa soledad. Solo que hasta el momento nadie ha logrado transcribir ese significado en palabras.

Ahora la ciudad duerme, la gente descansa para volver a echar a andar la maquinaria de la existencia el día de mañana, momento en el cual yo estaré dormido, mientras el mundo hace lo necesario para que yo pueda seguir escribiendo por las noches. Bebo de mi taza de te, me siento en frente del teclado. Soy libre.

martes, 3 de septiembre de 2013

SE VIVE POCO.

Nacer no es más que comenzar a enfermar. Te consumen el alquiler, los pagos, el trabajo, las mujeres, los hombres, los proyectos sin realizar.

Vivir es tratar de sacar a la muerte de tu cabeza, enamorándote un poco, haciendo el amor un poco, mirando las estrellas, los atardeceres, el cine, el teatro, la literatura. Todo esto un poco a la vez.

Uno vive de a poco, mientras muere también de a poco. Tal vez por eso la mayoría de la gente suele decir, al final de su camino, que la vida es muy poca.

viernes, 30 de agosto de 2013

OPINION SOBRE LA MILEY CYRUS.

Estoy leyendo un reportaje de la BBC de Londres, donde un montón de personas con sexualidad reprimida se quejan de la actuación de una cantante, actriz, o no estoy seguro de que es exactamente o que hace, pero el caso es que apareció en un show de premios de MTV. Ya saben este tipo de premios que no tienen ningún valor, y que se reparten entre los que están de moda en esa quincena. Se llama o se apoda Miley Cyrus, tampoco estoy muy seguro de ese dato.

No acostumbro ver actuaciones de estrellas mediáticas juveniles, supongo que queda claro por esta introducción tan (orgullosamente) desinformada que acabo de hacer. Y es que, no suelo ver actuaciones de estrellas mediáticas en general. Pero esto me llamo la atención, (sería mas adecuado decir, me secuestro a punta de pistola, la atención) por el hecho de que todo mundo estaba hablando de la actuación de esta jovencita en todas las redes sociales, y a través de todos los malditos canales de Internet.

Esto llegó a tal punto que la BBC de Londres, lugar por donde me llego esta noticia, publicó un artículo titulado: “Por qué causó tanto revuelo el “perreo” de Miley Cyrus”. En ese momento decidí buscar, y ver de una vez por todas, el video de dicha presentación. A lo mejor alguien había muerto en medio del escenario, y yo me lo estaba perdiendo. Mi reacción al ver el “gran escándalo”, no pudo haber sido menos escandalosa.

Me encontré con una niña flaca, sin atributos físicos, con un peinado horrible, de hecho al principio pensé que estaba disfrazada de paciente de manicomio como parte de su espectáculo. Haciendo movimientos que solo se ven bien en mujeres con unos 10 o 15 kilos más de los que ella tiene, y que por alguna razón tenia la necesidad de sacar la lengua en todo momento durante su actuación. Aun sigo preguntándome la razón de esto, estoy casi seguro de que se trata de alguna condición clínica. He descartado por completo la posibilidad de que hiciera esto a modo de gesto sensual, pues nadie es tan estúpido como para considerar, la imitación de un perro sediento, como algo sensual.

La gente, en general, se queja de que fue un espectáculo de mal gusto, y lleno de sexualidad. En lo del mal gusto estoy completamente de acuerdo, he visto (diariamente) películas pornográficas con más clase, y mejor coreografía, que la presentación de Miley Cyrus. Pero la parte de sexualidad, yo no estaría tan convencido. En este punto de mi artículo me siento obligado a enviar un mensaje a todos los padres de familia, que no me van a leer, porque están muy ocupados en asuntos que de verdad importan en la vida.

Debo aclarar que, todo lo que viene a continuación, está escrito desde mi punto de vista masculino, y dirigido hacia la experiencia de un hombre adolescente heterosexual. Puesto que es lo que alguna vez fui.

Me es imposible, por lo tanto, referirme a este tema desde el punto de vista de las mujeres, y menos aun, de las mujeres adolescentes. Mas que nada porque, desde la adolescencia hasta el día de hoy, las mujeres me resultan una de las cosas más ajenas, y desconocidas, de este mundo. Rivalizando quizás, con la extrañeza que me provocan los organismos del reino monera, o con el organismo mitad planta, mitad animal que se descubrió hace tiempo.

Señor padre de familia, muy probablemente su hijo de 14 años, ese ser de cuerpo deforme y cambiante, que hasta hace 4 años le llamaba papá, y que en estos momentos quiere que usted muera, que lo deje en paz, pero que le siga pagando las facturas. Ese niño, a través de Internet, seguramente está viendo cosas que usted, solo podía soñar, pero que deseaba con todas sus fuerzas ver, a la misma edad.

Sea honesto, señor padre de familia que NO me esta leyendo en este momento, seguramente usted a la edad de su hijo hacía cosas mucho peores, que las que hace su hijo, como por ejemplo ver televisión. En algunos casos habrá quienes a la edad de su hijo, hicieron precisamente a su hijo. ¿Que no se supone que todo padre desea que su hijo llegue mas lejos que él? Bueno, opino que la sexualidad es una de las áreas en las que, los padres, deberían desear que sus hijos se desarrollen más que ellos… claro esta sin participar demasiado. Porque el tema sexo-padres-hijos, quieras que no, siempre resulta incomodo. Y no me estoy refiriendo al “incesto”, ustedes tienen la mente más sucia que el baile de Miley Cyrus.

Me refiero a los padres que suelen interesarse mucho por el aspecto sexual de sus hijos. Lo único malo de que un niño, de 13 o 14 años, hayan estado viendo la presentación de Miley Cyrus ese día, es que al lado hayan estado sus padres. Porque los padres siempre echan a perder los momentos eróticos, entre los adolescentes y entre los adultos. Si no me creen, la próxima vez que se encuentren en el punto más crucial, hagan el ejercicio mental de recordar la imagen de su papá o de su mamá, o de ambos. Verán como esa noche se la pasarán convenciendo a su pareja de que, “esa es la primera vez que les pasa”.

Por el contrario, un niño de 13, 14, o 15 años, que hubiera visto este show a solas, (y con la puerta cerrada) habrá podido apreciar todos los delicados matices de esa ejecución artística. Sin ningún problema, de principio a fin, y muy probablemente varias veces durante la canción (a esa edad uno tiene mucha energía). Créanme, yo llevo apreciando los delicados matices de las ejecuciones artísticas, desde los 12 años.

Otra cosa que no me explico es que tanta gente, en todo el mundo, considere como “sexual” la actuación de esta jovencita. Según pude leer tiene 20 años, por lo tanto ya es un adulto.

La gente suele relacionar la poca ropa con lo sexual, yo he visto menos ropa en documentales de Nacional Geographic, y la verdad el físico de esta jovencita rivaliza con el físico, que también he visto, en estos documentales. Por lo tanto “sexual” no seria la palabra que yo utilizaría en este caso. En mi opinión la única persona que se debería escandalizar al ver esa presentación, debió ser su nutriólogo.

Al final de cuentas nadie estaba desnudo, poco falto, pero nadie se desnudó. Y en todo caso, nunca he entendido la ilógica obsesión de los adultos por tratar de retrasar, a toda costa, la entrada de los niños a la adultez. Me suena a una especie de “complejo por evitar que la nueva generación nos rebase y nos deje obsoletos demasiado pronto”.

O es que de verdad alguien piensa, “prohibámosles la violencia y el sexo a los adolescentes, pues como todos sabemos, a esa edad lo que menos nos interesa es la violencia y el sexo”.

Como habrán notado, este texto se centró, más bien, en el comportamiento de los adultos hacia los adolescentes. El titulo solamente fue una estrategia para que más gente lo leyera. Como dije al principio, no me interesan las estrellas de moda. He vivido toda mi vida, y planeo vivir el resto de ella, sin haber escuchado jamás una canción de Miley Cyrus.

Ahora todos me harán un gran favor para cumplir con este propósito en la vida, si la próxima vez que esta chiquilla empiece a lanzar pelotas de ping pong con su sexo, en medio del superbowl, no corre medio mundo a demostrar, a la otra mitad del mundo, lo indignado que se encuentra de ver que, alguien en la televisión hace lo que todo mundo hace el fin de semana.

jueves, 29 de agosto de 2013

LA RADIO COMO SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO.

El día de ayer un colega comenzó a transmitir un programa de radio en solitario, por Internet. Yo sabia de antemano que, al ser el primer programa de radio que hacía en la vida, iba a ser necesariamente el peor de todos sus programas, pero nunca me imagine que sería tan malo. Por momentos el ritmo de este pobre amigo era tan lento que uno pensaba que estaba escuchando la estación “Radio Reloj” de La Habana Cuba.

En fin, los ingenieros tienen en su argot una vieja máxima que dice: “Lo primero es hacer que algo funcione, luego ya habrá tiempo de preocuparse por que se vea bonito”. Quien sabe a lo mejor con el tiempo este compañero logra poner su programa lo suficientemente bonito como para poder recomendarlo. Por lo pronto me imagino que si este colega grabó su primer programa habrá borrado el archivo inmediatamente después de terminar.

Por cierto creo que nunca he platicado en este blog sobre la estación de radio cubana “Radio Reloj”. Es algo muy curioso, se trata de una estación de radio que transmite todo el día, durante 24 horas interrumpidas, durante los 365 días de año, y cuando se acaban los días del año, vuelve a empezar.

En dicha emisora solo se escuchan locutores narrando las noticias del día, y cuando se acaban las noticias, vuelven a empezar. Durante todo el día se puede escuchar la voz monótona de los locutores, interrumpiendo la narración cada minuto para anunciar la hora exacta en ese momento, y esto se repite cada vez que el reloj cambia de minuto. Por increíble que parezca esto ha sido así desde el momento de su fundación, con lo cual en esta estación se han narrado todos los minutos que han transcurrido desde el 1 de Julio de 1947 hasta el minuto en que estas leyendo estas líneas.

De hecho el conteo de minutos, al parecer, solo se ha interrumpido en una ocasión desde entonces y hasta esta fecha. Fue el 13 de Marzo de 1957 día en que se intentó asesinar al dictador cubano Fulgencio Batista, sucedió cuando un grupo revolucionario entró y secuestro la señal de radio, para anunciar que Batista había muerto.

Esto no había sucedido, pero estaba planeado que Batista muriera bajo un ataque que se estaba dando, en esos momentos, al palacio presidencial. Si se busca, en youtube existe una grabación del momento en que Radio Reloj es interrumpida, para anunciar a través de la voz de José Antonio Echeverría la falsa muerte de Batista.



Estas serían las últimas palabras de José Antonio Echeverría. Luego de esto, el grupo salió de las instalaciones de la radio para atrincherarse en otro lugar, el auto en que huían fue interceptado por un automóvil de la policía, se suscitó una balacera entre revolucionarios y policías. Más de treinta revolucionarios fueron asesinados en el ataque de aquel día, entre ellos a quienes escuchábamos en la grabación.

Regresando a “Radio Reloj”, con esto de interrumpir cada minuto la narración de noticias, para dar el cambio de minuto exacto. Uno puede estar escuchando una noticia horrible, por ejemplo un descarrilamiento de tren, y sería algo así: “…el día de hoy un tren se descarrilo en la comunidad de La Habana (seguramente en la habana no circulan trenes, quizás en ningún lugar de cuba sea necesario un tren) y se registraron cuarenta y cinco… continuara… Radio Reloj… son las cuatro con doce minutos… conclusión: personas muertas a raíz de este accidente…”

Esa es una tradición que tienen en esta estación de radio, cada vez que una noticia es interrumpida por el cambio de minuto, el radioescucha es dejado con ese “cliffanger”, que a mi parecer es inútil y ridículo, del “continuara”. Uno ya sabe que la noticia continuará, no tienes que aclarármelo cada vez que interrumpes tu locución durante 5 segundos, no es como que tendremos que esperar durante una semana para poder seguir escuchando lo que me estás contando.

Esto es como el cambio de página de un libro, pero en versión radial. Un inconveniente que, por diferencia entre los recursos de los medios de comunicación electrónicos, uno pensaría que se había logrado superar. Pero con el pretexto de una obsesión, iniciada no se por quien hace mas de medio siglo, en pleno 2013, un locutor profesional se ve obligado a realizar “cliffangers” sin sentido, durante todos los minutos de su día laboral.

Yo escuchaba esta estación de radio, pero en su versión mexicana, cuando era niño. Debo de haber tenido unos 7 u 8 años, y no recuerdo mucho de lo que transmitían en aquel entonces. Recuerdo que era algo muy parecido a su contraparte cubana, quizás un poco mas animado, pero en aquel entonces me entretenía.

Ahora que la estación mexicana ya no existe, y vuelvo a escuchar la transmisión de “Radio Reloj” cubana, me doy cuenta de que, seguramente entre los castigos que existen en el infierno, se encuentra “La condena a estar en una cabina de radio, leyendo noticias y mencionando cada minuto la hora exacta durante el resto de la eternidad”. Esto además, claro esta, junto a los ya conocidos castigos infernales de: “La condena a realizar maquetas de concepto arquitectónico eternamente”, o “La condena de vivir en Campeche eternamente”.

Seguro que al colega que les comenté al principio, su primer programa de radio en solitario le ha parecido, si no un castigo infernal, por lo menos una eternidad.

martes, 27 de agosto de 2013

FRUSTRACION INFANTIL.

Cuando cursaba la primaria, recuerdo que en una ocasión un amigo llevo al salón de clases una revista de Club Nintendo. Yo por aquellas fechas era muy fanático de Nintendo, esa fue mi única etapa como “gamer”, pues tuve mi primer y ultima consola de videojuegos, el Súper Nintendo.

Pero la revista de Club Nintendo que llevo mi amigo a la escuela era diferente de todas las demás, se trataba de un ejemplar especial de unas 100 paginas, y que llevaba el pretencioso nombre de “Enciclopedia de trucos de Nintendo” o algo así. Este ejemplar presumía contener la totalidad de los trucos (“cheats”) para todos los juegos de Súper Nintendo, y Gameboy que existían.

Aunque por aquel entonces ya estaban a punto de quedar obsoletos con la llegada del Nintendo 64. Y por esto mismo, la revista contenía también los trucos para los juegos de la consola Nintendo 64, que se habían producido hasta ese momento. En una época en la que, ni siquiera imaginábamos, la futura existencia del Internet, este ejemplar de la revista Club Nintendo resultaba sumamente llamativo, para un niño de 10 años.

No recuerdo exactamente los detalles, mis recuerdos de esa etapa de mi vida no son muchos (afortunadamente), pero el caso es que  mi amigo terminó prestándome su ejemplar de esa revista, durante un fin de semana, mi plan era copiar los trucos de esa revista, a mano, en alguna libreta.

El detalle que si recuerdo es el haberme pasado, varias horas, detrás de mi máquina de escribir hasta terminar con los dedos adoloridos, pero sin haber avanzado mucho en mi necio  cometido de copiar 100 paginas de texto continuo. Por si fuera poco, esa edición especial era un ejemplar que carecía de imágenes, y el texto estaba particularmente compacto y pequeño en comparación con una edición normal de esa revista. Así que al final de cuentas tuve que regresarle a mi compañero su revista al lunes siguiente, y conformarme con unas cuantas hojas de maquina (unas 10 o 15) con las cosas que alcance a copiar.

De esa manera entendí lo frustrante que puede ser el no tener dinero para comprar algo que deseas, pero también aprendí que, siempre es más fácil comprar algo. Aunque ciertamente yo experimentaba cierto placer en tener una copia hecha a mano, por mi mismo, de esa revista de videojuegos. Honestamente no se compara con la satisfacción de tener las paginas brillantes, con diseño grafico, prolijamente cortadas y encuadernadas.

Y finalmente,  aprendí una tercera lección, que si quieres cosas bonitas, bien hechas, completas y que te hagan sentir bien contigo mismo, necesitaras tener dinero. De lo contrario tendrás que conformarte con un dolor de dedos, una bazofia mal hecha, y el principal subproducto de la existencia humana: FRUSTRACIÓN.

domingo, 25 de agosto de 2013

ESTOY LOCO

Una cosa curiosa de mi es que en ocasiones tengo experiencias (periodos de tiempo en mi vida) en las que mi estado de ánimo se ha visto modificado. Ocasiones en las que mi cerebro se ha sentido más despierto y con más presencia de ánimo que de costumbre, son periodos de mi vida en los que me encuentro más despierto y más alegre.

Uno de los que más recuerdo sucedió a principios del 2010,  me parece que fue en una ocasión en la que estuve sin dormir durante todo un día y una noche,  después de esto salí a caminar a la mañana siguiente y me encontraba en un estado mental diferente al que suelo estar comúnmente.  Al momento de ver todo lo que me rodeaba era como si lo viera todo por primera vez,  todo me entusiasmaba y todo me parecía una novedad,  recuerdo que por mi mente pasaban pensamientos rarísimos. En determinado momento me senté en una parada de camión, para seguir contemplando la realidad con mis nuevos ojos, y en ese lugar me abordo una mujer, que se encontraba evangelizando casa por casa a esa hora de la mañana.

No recuerdo ningún detalle de la conversación que tuvimos en ese momento,  pero como evidencia de lo alterado que se encontraba mi cerebro base decir que, me mantuve en ese lugar junto a esa tipa con una biblia en la mano durante un largo rao,  siendo que en otras ocasiones casi hubiera preferido escupirle en la cara, antes de tener que escucharle siquiera su saludo de buenos días.

Tampoco tengo idea de cual haya sido mi comportamiento, ni la imagen que esa mujer se haya llevado de mí. Lo que si puedo decir es que fue  ella quien tomo la iniciativa de retirarse del lugar,  cosa que suele darse del modo contrario. En ese entonces mi “iluminación” duro muy poco tiempo,  unos dos o tres días a lo mucho.  En psiquiatría a esto se le conoce como episodio hipomaniaco,  y es una de las sensaciones más estimulantes que he tenido (y de vez en cuando sigo teniendo) en mi vida.