Como ya lo he mencionado en otras ocasiones en este mismo blog, y a través de otros medios como por ejemplo mi podcast, hace poco leí y sigo releyendo el libro de Robert Greene titulado “La ley 50”, y a raíz de esto me he interesado, o mejor dicho, me he vuelto a interesar en el tema de la concentración y la manera de lograr enfocarnos en nuestras tareas.
Recuerdo que fue en el año 2003 cuando por primera vez entré en una biblioteca decidido a encontrar un libro que me dijera la técnica para poder estudiar correctamente, poder enfocarme durante largos periodos de tiempo y aprender la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible.
Desafortunadamente ese mismo día descubrí que tal libro no existe, y dudo mucho que llegue a existir algún día.
El cerebro humano es la estructura más compleja del universo conocido por el ser humano. Se dice que la ciencia solo ha podido llegar a comprender el 10% del funcionamiento del cerebro humano, e incluso se duda que una comprensión total de nuestro cerebro pueda ser posible algún día, pues estamos hablando del cerebro estudiándose a si mismo. Esto lo convierte en un sistema auto referencial, y quienes saben de eso suelen decir que cuando algo es auto referencial es muy fácil que surjan problemas.
Aun si llegásemos a tener una comprensión suficiente como para poder manipularlo razonable mente, dudo mucho que el dominio completo, de nuestro cerebro, se logre mediante técnicas de comportamiento o ejercicios mentales encaminados a controlar nuestra atención. Básicamente lo que quiero decir es que estoy esperando con todas mis ansias que saquen a la venta una pastilla que, al tomártela, haga que tu cerebro se concentre y te de ánimos de hacer lo que tengas que hacer en ese momento. Quienquiera que desarrolle esa maravilla tenga por seguro que tendrá todo mi dinero.
Pero mientras ese maravilloso día llega, no nos queda más que, pelearnos con nuestro cerebro haciendo uso de todos los recursos que tenemos a nuestro alcance. Aunque esto en ocasiones se convierta en una misión casi imposible, pues estamos en plena era de la distracción, tema que por cierto ya aborde en un artículo que publique en otra página web, por si desean ir a leerlo.
Actualmente tenemos demasiadas notificaciones, avisos, mensajes, pendientes, y no se diga si, como en mi caso, nos es indispensable el uso de las redes sociales para poder llevar a cabo nuestro trabajo, en ocasiones el poder llegar al final del día con nuestro trabajo realizado, puede llegar a ser más difícil, que alcanzar la iluminación siendo aprendiz en un templo zen.
Navegando en Internet al azar, que así es como suelo encontrar las cosas más interesantes y útiles. Me he encontrado muchos consejos interesantes, que algunas personas recomiendan, a la hora de intentar concentrarse en algo, ya sea alguna tarea particular, o bien mejorar en general el estado de concentración que puede alcanzar nuestro cerebro. A continuación les comentaré algunos que he encontrado muy útiles.
Uno de los consejos mas importantes según mi punto de vista, y de los que mas nos ayudan, sobre todo para renovar nuestras fuerzas ya que eso es lo que mas se necesita para poder concentrarnos, es la “desintoxicación”.
Personalmente yo practico la “desintoxicación” una vez por semana, generalmente los domingos, que es el día más lento de la semana al menos para mí. Se trata de destinar un día o por lo menos algunas horas, dependiendo de nuestro grado de adicción al Internet, en las cuales deberemos decirle que no al celular, a la computadora, a los videojuegos, incluso a la televisión, al menos por un rato.
Y aquí es donde los enajenados de la tecnología nos llevamos las manos a la cabeza mientras nos preguntamos ¿Qué demonios vamos a hacer durante todo un día (o durante varias horas) sin Internet, celular, videojuegos o lavadora y secadora?
Bien, como persona con algunos cumpleaños a cuestas, aun recuerdo aquellos viejos años en los que las personas no teníamos tantos apéndices de plástico, aluminio y silicio, en nuestras anotas. Así que se me ocurren varias opciones de baja tecnología (“lowtech” para verte mas cool) que podemos realizar como nuestra terapia de reacondicionamiento a la realidad.
Lo primero que se me viene a la mente es intentar revivir el olvidado arte de leer un libro de papel, si no quieres verte tan intelectual también puedes leer alguna revista, salir a dar un paseo (cosa que si estás en Monterrey, por experiencia propia, no lo recomiendo mucho) también podemos, recurrir a la conversación con nuestros familiares, que para mayor referencia son esos desconocidos que también viven en tu casa. O bien, si ustedes son igual de aburridos que yo, pueden simplemente recostarse en el césped con los auriculares, una buena canción, o un interesante audio libro y ver cómo las nubes pasan encima de nosotros, de lo que se trata es estar simplemente un rato sin usar mucho la cabeza.
Otra cosa que se recomienda en estos casos, digamos de saturación, es el arreglar adecuadamente nuestro espacio de trabajo. A veces pasar 10 o 15 minutos, al iniciar nuestra jornada ya sea de estudio o de trabajo, ordenando nuestro espacio puede evitarnos muchos minutos e incluso horas de distracción.
De lo que se trata es de dejar a la vista y a nuestro alcance, solamente las herramientas o los objetos con los que vamos a trabajar.
Nuestra rutina de trabajo puede también incluir un tiempo de reflexión al inicio del día. Lo que haremos será destinar unos 5 o 10 minutos para pensar, cuáles son las cosas más importantes qué vamos a hacer el día de hoy. Es necesario que las anotemos en un papel, para poder visualizarlas enfrente de nosotros a lo largo de nuestro día.
Cuando terminemos, o bien cuando se acabe el tiempo que teníamos destinado para trabajar, podemos comprobar que efectivamente sí hicimos todos los puntos planeados, adecuadamente. O bien podemos darnos cuenta más clara mente, si por falta de concentración se nos fue el tiempo y no terminamos nuestra tarea o estudio cubriendo todos los puntos que nos habíamos planteado en un principio.
Personalmente ya he puesto este consejo en practica, y realmente el tener enfrente de ti una lista con las cosas que planeas realizar es, en cierta forma, como tener a una persona al lado observándote, y vigilando que no te distraigas de lo que estás haciendo. No sé ustedes pero al sentirme observado, tiendo a hacer las cosas más rápido aunque, eso sí, me resulta mucho mas incómodo. Por eso el papel enfrente de mi, es mucho mas practico, y me da mejor resultado que si le pidiera a alguien que esté vigilándome durante todo el día.
Y el ultimo consejo al menos por ahora que les doy es el de crear hábitos fijos. El tener uno o varios hábitos fijos a lo largo del día es de mucha ayuda, y es algo que llevo practicando también desde hace algunos meses. Esto se trata es de tener cosas fijas en tu día que sean inamovibles, para luego poder construir tus actividades alrededor de eso. Por ejemplo yo destino cierta hora de la tarde todos los días en la cual debo salgo a tomar un pequeño paseo ya sea para ejercitarme un poco, o por lo menos para despejarme y desestresarme.
Dedicó generalmente una hora a esto, y de esta forma tengo mas claro que, por ejemplo, si tengo que salir a las siete de la tarde a dar un paseo, hay algunas cosas que deberán estar listas antes de esa hora para que yo pueda tomar mi paseo tranquilamente.
Este último punto, en el caso de los estudiantes, es muy fácil ponerlo en práctica, pues su horario escolar sería la estructura alrededor de la cual se tiene que acomodar el resto de sus actividades. Pero en el caso de personas que trabajamos desde casa, como un servidor, sí es importante que podamos tener este tipo de estructuras en nuestro horario para poder darle sentido a nuestro día.
Claro está que estos son simples consejos, y que seguramente hará falta mucho más a la hora de intentar concentrarnos en hacer alguna tarea o un trabajo determinado. Todo esto dependerá obviamente de las circunstancias en las que nos encontremos. Es por todos sabido, sobre todo por los estudiantes, que el tema de la atención y la concentración es algo demasiado complejo.
Pero no está de más en tratar de enfrentar algo tan grande agarrándolo por una de las partes más sencillas y simples como lo pueden ser alguno de los puntos arriba mencionados.
Estos puntos aunque parezcan obvios y hasta tontos, lo importante de este articulo no es haberlos leído, sino más bien el que los pongamos en práctica, no solamente alguna vez en nuestra vida, o inmediatamente después de haber leído este post, más bien lo ideal seria poder incluirlos en nuestra rutina de vida para que nos ayuden en nuestra concentración de forma periódica y sostenida.
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