Hace ya algunas semanas que falleció Robin Williams. Al cual personalmente siempre consideré un genio. Y aprovecharé este comentario para explicar brevemente, como es que yo en lo personal, separo a las personas geniales, de las personas normales.
SER UN GENIO.
Robin Williams es una de esas pocas personas del mundo, que logran hacerse famosas, y pasan al recuerdo colectivo de la cultura pop, simplemente por haber sido ellos.
Piensen detenidamente en todas las figuras públicas, que son recordadas en la cultura popular. Obviamente en esta clasificación dejo de fuera a grandes genios que no se dedicaron al arte del entretenimiento, aunque quizás también podría aplicárseles a esta regla que propongo.
Por ejemplo cuando uno ve las actuaciones de Jim Carrey, sabemos que Jim Carrey actúa de cierta manera, y que antes de Jim Carrey no existió nadie que hiciera lo mismo, de la misma forma en la que lo hace ahora Jim Carrey.
Ciertamente Jim Carrey se hizo famoso por hacer algo que solo Jim Carrey podía hacer hasta ese momento. Y aun después de que Jim Carrey se retire de las películas, si alguien intentase hacer lo mismo que él, seguramente se le conocería como el nuevo Jim Carrey.
Ese tipo de consideración colectiva, es para mí, un buen ejemplo de ser un genio.
De la misma manera Robin Williams tenía un estilo para moverse, para hablar y para hacer reír, que difícilmente alguien más podrá igualar, incluso proponiéndoselo.
Esto puede aplicarse a otras disciplinas, por ejemplo Picasso paso a la historia del arte, por pintar como Picasso. Seinfeld (y un poco de Larry David) pasó a la historia de la cultura pop, por ser el primero que hizo una sitcom, como la hizo Seinfeld. Y el mismo Einstein pasó a la historia de la ciencia, por pensar como solo Einstein podía hacerlo.
Aún hoy en día, a cualquier mente brillante suele nombrársele como un posible nuevo Einstein.
ERA UN ICONO.
Pocas bromas hubo en internet al respecto al supuesto suicidio de Robin Williams. Las que llegué a ver se notaban forzadas, fabricadas a propósito para llamar la atención y parecer rebelde e iconoclasta. La verdad es que dudo que alguien, que actualmente esté en su etapa adulta, haya pasado por su vida sin haber visto una película donde participara Robin Williams.
De aquí se distingue a dos grupos de personas, a quienes les agradaban las actuaciones y las películas de Robin Williams, y a los psicópatas, antisociales y delincuentes asesinos de masas.
¿MURIÓ POR ACCIDENTE?
Ahora se sospecha, que el suicidio de Robin Williams, pudo ser causado por los medicamentos que le administraron para tratar su enfermedad de Parkinson, que le fue detectada recientemente. Con lo cual la muerte de Robin Williams pasaría a ser una muerte accidental.
Como fan de su trabajo, y de su figura, este hecho me provoca un poco de consuelo… aunque insignificante en realidad.
LA PELICULA PROMETIDA.
No exagero cuando digo que había querido ver la película “Más allá de los sueños” casi desde el momento en que se estrenó en los cines, allá por 1998. La razón de esto fue que, en aquel entonces, existía una serie de documentales llamados “La magia del cine”, producidos por Discovery.
En uno de ellos se veía el detrás de cámaras de esta película. Y la idea de la representación del paraíso, los efectos visuales del paisaje compuesto por pintura de óleo, y lo poco del guion que se planteaba dentro del documental, me hacía desear ver dicha película.
Para mi esta película de Robin Williams fue una de esas cosas, que te dices a ti mismo, tengo que ver esto… y a los pocos minutos lo olvidas, y no vuelves a recordarlo hasta dentro de varios años.
En pocas palabras, nunca se dieron las circunstancias para poder ver realmente “Más allá de los sueños”. Cuando me acordaba no tenía tiempo, cuando tenía tiempo no me acordaba. Y así sucedió, hasta que murió Robin Williams.
Finalmente hace unos días, y a raíz de la muerte de Robin Williams, por fin me puse a ver la dichosa película (la tenía en DVD desde hace varios años, esperando en mi librero) y puedo decir que fue una suerte el haberla postergado durante tanto tiempo.
Debo advertir que seguramente durante la redacción de este artículo soltare spoilers a diestra y siniestra. Por lo tanto si tú eres como yo, uno de los que han postergado el visionado de esta película, quizás desearás dejar de leer este artículo, y tal vez retomarlo después de que hayas visto esta película.
Si eres de los que ya la vieron o bien eres de los que no les importa que les destripen las películas antes de verlas (como yo mismo, en algunas ocasiones), pues vamos a entrar en materia. Advierto además que, a lo largo del artículo, quizás también hablaré un poco de la película “Trascender” protagonizada por Johnny Depp y Morgan Freeman. Pero creo que no spoilearé demasiado, sobre esta última.
CARAMBA QUE COINCIDENCIA.
Comencé viendo la película como cualquier otra, poniéndola de fondo mientras realizaba mi trabajo diario. Pero en determinado momento hubo un detalle que me obligó a retirar mi vista de lo que estaba realizando, para fijar mis ojos en la pantalla. Se trataba de un momento en la película donde, después de que Robin Williams muere, llega al cielo y se encuentra con un antiguo amigo.
Este personaje es interpretado por Cuba Gooding Jr, y una de sus primeras líneas en la película, que llamó mi atención es: “La última vez que me viste tenía 63 años”. Pues resulta que, dentro de la ficción, Cuba Gooding Jr ha muerto hace tiempo y sale a recibir a Robin Williams cuando pasa a la otra vida, pero lo hace con apariencia juvenil. Porque ¿Quién querría pasarse la eternidad en un cuerpo de anciano, con reumas y angina de pecho?
El lector avispado habrá notado que justamente 63 años es la edad en la que Robin Williams se quitó la vida (¿o murió por accidente?) en el mundo real. Como si se tratase de una especie de loop perverso, al estilo de la película Looper (2012), en donde El propio Robin Williams va a recibirse a sí mismo, luego de la muerte en dimensiones alternativas.
¡AHI TE VOY VIVIANITA!
Una vez que Robin Williams muere dentro de la historia de “Más allá de los sueños “, su esposa dentro de la ficción sufre una fuerte depresión y luego de varios intentos, consigue suicidarse. Las malas noticias son que, dentro de la ficción de la película, los suicidas no pueden ir al cielo. Por lo tanto su mujer tendrá que permanecer en el infierno.
Aquí nos muestran una versión del infierno muy elaborada y pintoresca. Un par de días después de que la vi por primera vez, volví a ponerla para que la vieran mis padres. Mi mamá me señalaba mi incredulidad respecto al infierno. ¿Cómo podría no existir el infierno, si lo ponían en las películas? A lo cual respondí, mamá: si supieras la cantidad de dinero y de meses de trabajo que debe de haber costado el realizar esas escenas para la película. Supongo yo que eso si debió ser un verdadero infierno.
Retomando el tema, otra de las cábalas (personales) que me encontré en la película, fue cuando el personaje de Robin Williams decide bajar al mismo infierno para rescatar el alma de su esposa. Toda esta secuencia toma un nuevo significado, después de que Robin Williams muriera en la vida real. Y es por eso que me alegro de haber esperado hasta ahora para ver esa película por primera vez.
Una de las advertencias que se le hace a Robin Williams una vez que encuentre a su esposa en el infierno, es que no debe permanecer con ella más de tres minutos, de lo contrario él se volverá loco, y se quedara atrapado en el infierno junto con ella por toda la eternidad. Tres minutos es justamente la cantidad de tiempo que resiste el cerebro sin oxígeno, antes de empezar a morir.
EL INFIERNO ESTA EN LA MENTE.
Me resultó muy interesante esta relación propuesta entre el infierno y la locura. Enloquecer es estar destinado al infierno, según mi lectura personal.
Por si fuera poco, la escena donde Robin Williams encuentra a su esposa en las entrañas del infierno me pareció por demás sugerente. Ella se encuentra en una versión oscura, sucia y destruida de lo que fue la casa que ambos compartieron después de casarse. Viviendo en un estado lobotomizado, en donde no es capaz de darse cuenta de quién es ella misma, en donde está, y ni siquiera reconoce a su esposo (Robin Williams) cuando éste se le acerca.
Robin Williams le pregunta a su esposa como se encuentra en ese lugar, ella le responde que está mal, en ese lugar no hay electricidad, ni agua, ni gas. Además de que no están sus pinturas, ni sus libros favoritos. En pocas palabras a ella le faltan todas las cosas externas que le daban su identidad, la más importante de ellas su esposo y su familia.
Según la película, y la versión judeocristiana del cielo, al llegar al paraíso te encuentras con todas las cosas que amaste en la tierra, incluso tu mascota de la niñez. Luego entonces el infierno debería ser la antítesis de todo esto. Curiosamente nunca me había puesto a reflexionar en este punto, hasta el momento de ver esta escena.
YO SOLO SÉ QUE NO SOY NADIE.
El infierno (tal como nos lo pintan) debe ser un lugar en donde no quieres estar, y sin ninguna de las personas, u objetos que quieres y que te dan identidad. Es decir, el infierno es perder tu identidad, y convertirte en un ente, indefinido y en constante zozobra.
Esto me remitió directamente a la película “trascender”, la cual había visto unos días antes. En esta película Johny Depp logra vaciar su cerebro en una computadora, luego de haber muerto. Una vez ahí, la información de su cerebro se vuelve un ente autoconsciente (o que estaba programado para simular autoconsciencia) y aprovechando las conexiones de internet, expande su presencia a todas las computadoras del mundo.
De esta manera, accediendo y logrando amalgamar todo el conocimiento el mundo en una sola consciencia, logra hacer avanzar la ciencia y la tecnología, en cuestión de días, lo que al ser humano en conjunto le habría costado siglos.
Es así como Johnny Depp logra dominar el mundo virtual de las computadoras, y el mundo real, a través de organismos sintéticos creados por el mismo y que pueden replicarse y obedecer sus órdenes en el mundo real.
Con esta capacidad de manipular el mundo real, Johnny Depp logra reparar heridas en personas de carne y hueso, efectivamente empieza a curar a gente enferma, pero también empieza a regresar facultades a gente con discapacidades.
Les devuelve la vista a los ciegos, hace caminar a los paralíticos, y todo con el agregado de que una vez curados se ven con sus aptitudes físicas aumentadas. Pudiendo levantar toneladas con sus manos o correr a velocidades que superan las de un vehículo terrestre.
¿SER O NO SER?
Pero como dijera el economista Milton Friedman: “No existe el desayuno gratis”. Todo tiene su costo, y el precio de disfrutar las bondades de la singularidad mente-maquina, es el de diluir la consciencia propia en la conciencia de la red virtual.
La propia mente de quienes entran en contacto con Johnny Depp, se vuelven una sola y se diluyen dentro de la mente de en la computadora. Es decir, dejan de ser ellos mismos, para convertirse en algo diferente.
Es entonces donde uno se pregunta: ¿A dónde fue a parar la persona que unió su mente con la red virtual? ¿Murió? Ciertamente no vimos a nadie morir, simplemente en un momento eran ellos, luego se conectaban a la red y en un parpadeo ya eran uno con el cerebro de computadoras virtual. Es quizás lo más desconcertante del mundo, porque pasan a ser algo más, sin haber cambiado absolutamente nada.
No sabemos objetivamente cómo será la singularidad, la propuesta de “Trascender” es que te vuelves una especie de zombi, en donde eres todo, y al mismo tiempo no eres nadie en particular.
En el caso de “Más allá de los sueños”, perder la conciencia de ser un individuo, se simboliza como un mar de cuerpos que no pueden moverse del lugar en donde están, pues se encuentran atrapados en una multitud de otros cuerpos que tampoco pueden salir de ahí. Todo esto entre lamentos y gritos de locura por el resto de la eternidad.
Es decir, en ambas películas, perder nuestra individualidad, no se trata de nada bueno.
BUSCANDOLE TRES PIES AL GATO.
En el caso de Trascender lo que en realidad se nos presenta, según mi lectura personal de la película, es una especie de Anticristo. En donde, tal y como narra el apocalipsis cristiano, la bestia obrara milagros como si se tratase del hijo de dios (Jesucristo). Efectivamente el personaje de Johnny Depp, en “Trascender”, empieza a curar lisiados y a revivir a desahuciados.
Pero lo que en realidad trae al mundo es la perdida de la individualidad, en otras palabras, el infierno.
En este caso una película me ayudó a comprender la otra película, y viceversa. Es por este tipo de cosas que no me gusta ver películas acompañado de otras personas. No las disfrutan al nivel que yo las disfruto.
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