sábado, 2 de agosto de 2014

LA HENTAI.

Hoy les presento nuevamente un texto que he trascrito de mi diario personal en la adolescencia. En el momento en que escribí esto ya estaba cursando la preparatoria, aun faltaba todo un año para vivir el atentado terrorista de las torres gemelas del 2001, y yo aun seguía con mi obsesión por el sexo opuesto, aunque como verán conforme vaya avanzando el tiempo, esto será  cada vez menos intenso. Son ventajas de envejecer.

Durante este año sucedió el caso de Elian Gonzáles un niño de 6 años que llego a Estados Unidos escapando de Cuba junto con su madre, posteriormente seria regresado a Cuba y olvidado por el mundo entero. En abril el estado de Vermont en Estados Unidos, legaliza la unión entre parejas del mismo sexo. Para alegría de todos los usuarios de MAC.

Yo por mi parte apenas comenzaba con los ciclos trimestrales de la preparatoria, los cuales eran un cambio muy grande en comparación con los ciclos anuales, que hasta entonces había llevado en primaria y secundaria. Todo me parecía tan rápido y nuevo. Me sentía todo un adulto con muchas posibilidades por delante, pero al mismo tiempo con escasos recursos en muchos sentidos.

Este es un texto breve y particularmente curioso. Uno de los cambios más significativos entre la primaria y la secundaria fue estar rodeado de compañeros sin uniforme, además de ir, yo mismo, a la escuela sin uniforme. Por primera vez en mi vida tenia que decidir que ponerme por las mañanas.

Durante los primeros días me sentí como en un día festivo. Esos en donde los alumnos íbamos al salón de clase en ropa casual. Lo más interesante de todo es que muchas compañeras, tras años de haber tenido que usar la misma ropa a diario, estaban muy interesadas en mostrar y resaltar sus recién surgidos atributos. Esto lo escribí inspirado por una de ellas.

El titulo obedece obviamente a que, en ese momento, pasaba por un breve interés en los cómics japoneses. Pero pronto lo superé.


02 de septiembre del 2000. LA HENTAI.

En los cursos propedéuticos de verano me toco estar en el salón junto con una chava que esta muy bonita, pero lo que más llama la atención de su anatomía son, lo primero que se nos viene a la mente de todos los otakus que leamos el título de esta hoja. HENTAI = PECHOS.

La primera vez que la vi lo primero que me llamó la atención fueron sus pechos, inmediatamente después su cara, y luego otra vez mis ojos se fueron hacia sus pechos. Su cara es muy bonita del tipo aniñado, de cara redonda y un poco de cachetes. Y cuando digo cachetes me refiero a los cachetes de su cara, o sea a los menos importantes.

Esto es lo que yo denominaría una “hentai”, porque obedece perfectamente al tipo de mujeres que salen en los mangas “hentai”, o como mi amigo “Chupi” y yo leímos alguna vez en una revista de “monas encueradas”: Una "cara de niña y cuerpo de puta".

(Nota del Carlos presente, las revistas de monas encueradas son esas revistas pequeñitas de historietas mexicanas similares al libro Vaquero que se solían vender hace mucho con títulos como "Sensacional de Chafiretes", "Chambeadoras", "Así soy y que", etc.)

Creo yo que ésta es la combinación que más le gusta (nos gusta) a los hombres, o sea que a las mujeres que aquí en México se les llamaría como "cuerpo de puta y cara de niña" yo las preferiría llamar “las hentai”.

Pero al final, de esta chava no supe ni su nombre, preferí solamente conocerla como “la hentai” y me impresionó tanto su cuerpo, su cara, su cabello y todo lo demás, (y con todo lo demás evito escribir que también me impresionaron sus calzones rosas que se le asomaban del pantalón blanco cuando se sentaba) que llegando a casa lo único que hice fue fantasear alrededor de ella, y sobre las distintas maneras en las que yo la salvaba y ella quedando agradecida me ofrecía su cuerpo como recompensa a mi acto heroico, como toda buena “hentai”.

Lástima que en la vida real no existen.

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